lunes, 19 de febrero de 2007

Qué gusto da viajar cuando se va en express



Miró al lugar del que provenían aquellas voces en árabe: Locutorio - Internet. Era perfecto. Allí sacaría mucho más partido a sus dos euros. Se sentó frente al ordenador y se dispuso, en primer lugar a chequear su cuenta gratuita de correo electrónico. Emplearía el tiempo sobrante en tratar de averigüar el paradero de Gonzalito.

(...)

Le deberían doler todos los huesos del cuerpo con semejante traqueteo. Llevaba más de 400 kilómetros zarandeado por los baches a bordo de un trailer en dirección a Barcelona, escondido entre la carga. Con un viaje así es inevitable que te duela todo. Curiosamente se encontraba mejor que nunca. Tal vez la causa de su placidez fuera que la carga del camión consistía en cientos de cajas de Ribera del Duero Gran Reserva del 89. Tal vez ayudara también el hecho de que en las casi cuatro horas de viaje le hubieran "dado salida" a 17 botellas del mencionado tinto entre Augusto y sus cuatro compañeros de viaje. Y podríamos incluso aventurar que en el bienestar de Augusto pudiera jugar un destacado papel el consumo ininterrumpido de hachís que durante el viaje habían efectuado Hassan, Hacheem, Youssef, Jamal y él mismo.

Los había conocido en el locutorio y ellos le habían mostrado el modo de viajar gratis a Barcelona. Al prinicipio estaba receloso. Hasta que se dio cuenta de que no tenía ni donde caerse muerto y que, a su lado, estos cuatro chavales eran potentados. ¿Y por qué iba a Barcelona? Dos motivos. En primer lugar, una vieja conocida se había instalado allí al parecer. Laura Victoria era, en principio, una más de las cientas de pijas recalcitrantes que uno podía conocer moviéndose en los círculos en los que Augusto se movía. Pero ella tenía algo que la hacía diferente. Algo imperceptible, algo inapreciable. Pero algo. Había montado un local de copas en Barcelona y le había mandado una invitación por e-mail. En realidad llegaba varios días tarde a la cita, viajar de polizón es lo que tiene. Pero al menos tenía un contacto en la ciudad. Un contacto que bien podría serle muy útil teniendo en cuenta el segundo motivo que le llevaba a la ciudad.

Gonzalo. Gonzalo estaba en Barcelona. O al menos había pasado por allí hacía muy poco. Gonzalito. Sólo pronunciar su nombre le hacía pensar en las más despiadadas torturas. Se veía a sí mismo como un inquisidor sin piedad aplicando los más terroríficos tormentos al cacho de carne con ojos que tenía por heredero. Y, ¿qué hacía Gonzalito en Barcelona? ¿Qué le había llevado allí desde Nueva York justo al día siguiente de la bancarrota? Sin duda algo importante. Tenía que haber alguna relación entre los dos hechos, seguro. Lo increíble era que gracias a los alcoholnautas había aterrizado casi en el lugar justo y en el momento indicado. Por fin algo de suerte.

8 comentarios:

Norma dijo...

Ahora entiendo lo del dulzón vaivén, XDDDDDDDDDD

maps dijo...

Pues yo no entiendo que hace Gonzalo en Barcelona....

kutxi dijo...

Maps, igual está haciendo turismo... o a lo mejón no, jeje.

Blueyes dijo...

Ya es hora de que aparezcas.
La pija recalcitrante (jajaja)

dalr dijo...

Cómo mola esto. Cargamento de Ribera de Duero para el Urpiano Bar, y esta ves es Gran Reserva. Si la quinta del porro ha dejado algo, Picio se va a poner las botas. Y como aún estoy sobrio yo sí me huelo qué hace Gonzalito en la ciudad condal. Creo que alguien va a sufrir de un ataque de hueso de jamón en el colodrillo, pero aún no sé quién... Mola!

kutxi dijo...

Blue, lo siento pero yo no puedo seguir vuestro ritmo. Un capítulo por semana iré poniendo.

Dalr, pues yo la verdad es que aún no sé qué hace Gonzalito. De momento darle una excusa a Augusto para ir a Barcelona que es donde está todo el mundo, jaja.

gotomax dijo...

Traslado de la novela a la Ciudad Condal, no me extraña que tengamos tan mala fama en españa, jajajajaja, nos apropiamos de todo, jajajaja!!!!!!

Para que luego digan, jajajaja!!!
hasta de la órbita terrestre han venido a parar a la city.
estatut sí, viva Montilla (y sus vinos)

Anónimo dijo...

La "clase" es lo que tiene, se viaje como se viaje, uno disfruta de lo mejor: la ciudad, los caldos, la compañia....
jajajaja