La inteligencia es una maldición. Por su causa, nunca fui un niño popular en el colegio. Nunca encajé bien en ningún grupo. Soy hijo de militares. Tal vez, por eso, cuando alcancé una edad mínimamente adulta, y con varias carreras universitarias a mis espaldas, acabadas precozmente, vendí mi alma al ejército, y empecé a trabajar en un departamento de tecnología, de esos que en las películas clasifican como de alto secreto.
Era mi lugar. Un despacho oscuro, pocas conversaciones. Encerrado entre mis números y ecuaciones, entre pizarras y ordenadores. Aislado del devenir normal del mundo.
Hasta que finalmente, entra tanta inteligencia me llegó la madurez. Y mire a mi alrededor, y vi en lo que se estaba convirtiendo mi proyecto. En las consecuencias de la idea genial que mi mente estaba apunto de completar.
Tenía que despertar. Tenía que abandonar aquello, si aún era posible. A partir de mañana, planificaría la huida de mi extraña vida.
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6 comentarios:
Bienvenido Asis!
Nunca es tarde...
Zendal, este sí que es un buen regalo :D
Uau! Esto se está poniendo como una del Dan Brown, pero en interesante. Mola, mola. A lo mejor a Asis le sobra algo de lo que carece Picio...
eummmm a Laura Victoria le gustan los uniformes...jajajaja x D jajaja
Uy, me había saltado a Asis. Asis, di que sí, no inventes bombas y cosas malas... Insumisión!!! :-D
Planificar la huida???? vete ya, sal corriendo...pero ordena la mesa y cierra la puerta al salir.
Jajaja. Veremos como salimos Asis y yo de ésta.
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