martes, 13 de febrero de 2007

Back in Oregón... de Ardoz



¿Y ahora qué? La casualidad le había traído a la patria de su madre. Hubiera preferido estar en Estados Unidos. Hubiera preferido estar en cualquier otro país. Al tener doble nacionalidad España era también su país. Y claro, nadie quería pagarle el viaje a casa. Al fin y al cabo, era un 'homeless'. Augusto miró al frente. Estaba al pie de una larga carretera que conducía al pueblo, justo a las puertas de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, vestido con un chándal de una marca extraña -Cup's- en cuyos bolsillos se encontraban todas sus pertenencias. Metió su mano en el bolsillo para comprobar que todo seguía allí: un euro y... el otro euro. Perfecto. Dio las gracias a los soldados que hacían guardia en las puertas de la base por su donación desinteresada y empezó a caminar hacia Torrejón.

Allí había tenido que tomar tierra el transbordador Endeavour debido a 'problemas técnicos' que lo alejaron levemente de su curso original: Florida. Ésta había sido la versión oficial. Augusto conocía otra, la verdadera. Lo que la NASA había denominado 'problemas técnicos de escasa consideración' podía también denominarse 'Boris y Vladimir cantando 'Kalinka' mientras arrojan todo lo que hay a su alcance contra los pilotos al grito de Yankee take us home!' Bueno, al menos, ya había salido de ese infierno. Ahora se centraría en salir de éste, encontraría al escombro genético que había ayudado a traer al mundo y, después de tomarse merecida venganza, recuperaría su fortuna.


Tras una breve caminata llegó al pueblo de Torrejón, que parecía ser bastante grande, y allí encontró rápidamente un teléfono público. Roto. Cachis. Un momento, había otro teléfono público a menos de 200 metros. Auricular arrancado. ¿Qué era este sitio? ¿El Bronx? Dos kilómetros y 23 teléfonos públicos vandalizados después encontró uno operativo. ¿A quién llamaría? Miró las dos monedas de un euro. ¿Cuánto tiempo iba a durar una llamada transoceánica de dos euros desde un teléfono público? Eso suponiendo que el aparato no se tragaría las monedas sin más, cosa que estaba inclinado a sospechar después de comprobar el estado general del resto de cabinas. ¿Qué hacer? Unos gritos en árabe le hicieron encontrar la respuesta. ¡Claro! ¿Cómo no se le había ocurrido antes?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola kutxi,os he leído a todos pero ando sin tiempo. Luego volveré para comentar en todas partes xD

dalr dijo...

Oregón de Ardoz! Qué grande eres. De todos modos, y no es por criticar, tendrías que pensar en hacer algo más verosímil. ¿Cabinas en mal estado? ¿Pero qué dices? ¡Si ya no queda ni una! :D

gotomax dijo...

Joder como aprietan!!! Aquí hay que espabilarse a crear o te quedas en tierra. Creo que va siendo hora de publicar la segunda entrega de MAX...le doy un par de puntadas y lista para salir a la luz. Ahora me pongo a leer las presentaciones de los dos nuevos personajes.
Aquí va a salir más gente que en la Biblia!!!! Jajajajaja!!!

gotomax dijo...

Leído barra!!!
Una de situación angustiosa pero no tanto como para suicidarse. Me ha encantado la llegada a la tierra, jajajaja!!!

maps dijo...

Osea, que al final mo nos enteramos si hay "ampanadilla rusa" a bordo..... o si?

Norma dijo...

Suerte encontrando al escombro genético, jajaja