viernes, 2 de marzo de 2007

MAX ha vuelto...horror!!!


Sí, he vuelto. Eso no sería gran cosa si no significara que previamente me tengo que haber marchado para poder regresar. Todavía me da vueltas la cabeza y me duele el culo del pinchazo que me dieron los de la protectora de animales, vaya nombre más tonto para una gente que pincha culos de gato sin avisar. De todas maneras les ha salido muy caro tocarme el trasero, el incendio fue la hostia. Hay que ver la fuerza que tenía el bombero, me sacó de debajo de aquel armario de un tirón y no me soltó hasta salir del edificio.

Para entender mi viaje debo retroceder hasta el momento en que tras las serenatas infructuosas a Bluecita marché a dormir. Dejé a mi conciencia con un palmo de narices, ya que estaba explicándole los detalles de mi nochecita con Bluecita y se molestó cuando de repente le dije que me iba a dormir y que me dejara en paz.

Los gatos dicen que tenemos un sexto sentido, pero de resaca de pastis la cosa se complica y perdemos el norte. El caso es que encontré un precioso coche recién aparcado y con el motor calentito. Sin pensarlo dos veces me metí en el hueco del motor a dormir, cometiendo un error imperdonable. Con el bajón de las pastillas el sueño era tremendamente profundo, tan profundo que hasta que el jodido coche no paró a repostar en aquel poblacho no me di ni cuenta de lo que estaba pasando.

Bajé a estirar el espinazo, pero el paisaje no me sonaba de nada. Yo entré en el hueco de aquel coche en el callejón del Blue Bar y ahora estaba en medio de la nada, perdido y hambriento. había que comer pronto antes de que el ruido de mis tripas fuera confundido con un terremoto y acabara aplastado en alguna avalancha humana...si, en ese pueblo desierto avalanchas cada media hora, no te fastidia!!!

Poco a poco me fui situando, una meadita estilo perro marcando la rueda del coche y a explorar el terreno (odio que se me vean las pelotas cuando meo, pero aquí no hay nadie). El tipo que conducía había entrado en el bar de la gasolinera, así que me dispuse a hacer lo mismo. En la entrada había un perrazo enorme con cara de aburrimiento, por un momento pensé que estaba tan muerto como el poblacho. El bicho no me quitaba el ojo de encima, mejor para él porque no imaginaba lo rápido que podía quedarse tuerto. Pasé a su lado con el pelo erizado y las uñas bien visibles, pero aquel felpudo pulgoso era más manso que un toro de peluche.

-Oye gato, ¿tiene idea de dónde has ido a caer?
-Pues lo cierto es que no(le contesté), pero seguro que te mueres de ganas de contármelo.
-Mira gatito, por las buenas hasta comerás y podrás darte el lujo de beber algo de agua fresca, pero como vengas en plan chulo saldrás del pueblo con tanto pelo en el cuerpo como una rana de charca.
-Ok dog, no he tenido un viaje muy agradable y ando algo alterado (más valía asegurarse la comida, luego ya le daré lo suyo a este perro piojoso y sabiondo)
-Pasa detrás del bar, allí podrás comer y beber a la sombra.


En un cubo pegajoso había unos enormes trozos de hueso de vaca, algo de arroz y unos guisantes, "este perro se la está jugando de verdad" pensé...
Como el bicho se quedó tumbado en la puerta, aproveché para entrar en la cocina y husmear a mis anchas. Sobre una mesa había carne picada con la que estaban haciendo unas albóndigas, un queso lleno de moscas y una lata de atún con el que preparaban un bocadillo al conductor del coche que me trajo.
Al quedarme solo aproveché para dar buena cuenta del atún sobrante, de la carne y de una taza de café con leche que tenían todavía humeante.
Rápidamente salí de la cocina y empecé a tramar mi plan para joder al perro, lo llevo en la sangre y no lo puedo evitar.
Encontré una lata de disolvente abierta en una repisa justo encima del perro, perfecto!!
Mi instinto gatuno estaba vibrando y ese bicho estaba a punto de pagar muy caro el haberse encontrado con un gato de ciudad. Sigilosamente subí a la repisa, pacientemente esperé a que mi chófer pagara la cuenta y se dirigiera hacia la salida del bar. Entonces empujé la lata abierta sobre el perro, que quedó impregnado del disolvente saliendo disparado a una velocidad que no hubiera soñado alcanzar ni de joven. Según corría iban cayendo mechones de pelo al suelo, requemados por el disolvente.
-¡¡¡corre perro, que a cada paso que das más te pareces a una rana!!!!
Y no soy chulo, soy un gato y me llamo MAX...recuérdalo toda tu vida!!!!


Inmediatamente volví al hueco del coche, no fuera cosa que me quedara de por vida en aquel agujero negro convertido en pueblo. Mi decisión era meditada, de alguna manera aquel tipo tendría que volver al lugar donde empezamos nuestra andadura y yo pensaba estar presente cuando lo hiciera...

8 comentarios:

dalr dijo...

Menudas malas pulgas gasta Max. Pero no sé si ha pensado que el blogomundo es un pañuelo y un perro de campo tiene los trasquilones pelaos de desayunarse gatitos. A ver qué pasa...

Anónimo dijo...

El Max que mala ostia¡¡¡
jajaja, y encima de paseo, regresará para ver a su gatita ;)

Norma dijo...

Ahí, Max, dando caña!!!!!!!!!

gotomax dijo...

MAx tiene una especie de viaje astral psicotrópico, quien sabe cómo y dónde acabará dando con sus huesos. De momento ya le buscan en cuatro províncias diferentes.
Ataque a un perro es lo que ha ido recordando ahora que vuelve a pisar tierra, pero hasta que consiga regresar nadie sabe lo que le va a ocurrir, ya sabeis que los gatos tiene ese espíritu libertario que tantas veces les pone en problemas. Tiene siete vidas y todavía no ha gastado ninguna...por ahora.

¿O quizás sí y ahora se le aparece como amigo invisible? MAX tiene un grave problema y aún no lo sabe. Todo a su tiempo, jajajaja!!!!!

Anónimo dijo...

Max es la pesadilla de los perros, joer. La verdad es que mi gato tenía las mismas malas pulgas...

Una vez se cruzó con el perro de mi prima, y le mantuvo a ralla.

Irene dijo...

Menudo es MAX, jajaja parece terrible cuando se enfada. Así son los gatos, ronronean a quien les cae bien (Bluecita) y masacran a sus enemigos. (Los perros).

Irene dijo...

PD:Te faltó ponerle la etiqueta a tu post. La foto es tremenda.

gotomax dijo...

Yes, pero papá Dalr siempre atento vela por los intereses comunes y presto se las añade. Si es que esto de ser blogger me viene grande, ya me lo dice mi mamá.

Leyendo la entrada no se si cambiar el último párrafo para ligarlo con la nueva entrada que tengo escrita, la he hecho en la mesa de un bar mientras comía un bocata de tortilla con coca-cola y patatitas de bolsa, crec crec...mi medio día ha sido de infarto (toi felí)