martes, 20 de marzo de 2007

Que hay de nuevo,Doc? -Yo.

Todavía estoy en la consulta de “Doc” con Asis, parece que no es nada grave.

-Bien, querido amigo, solo serán unas cuatro semanas con el vendaje y listo. Ya puede darle las gracias a mi viejo paciente.

Me mira y sonríe. Viejo marrullero...

-Puedo irme ya?

-Por mi sí, aunque, le recomiendo que se espere a que sea de día. Hay una parada de taxis aquí cerca, en la Estación de França, a cinco minutos, bueno en su caso a veinte.

-Si no le importa, doctor, quisiera irme ya.

-Te acompaño, Asis.

-Si no te importa a ti tampoco, Al. Quisiera ir solo. Oye no te lo tomes a mal, no sabes lo agradecido que estoy por todo, pero...

-Eh oye, no soy tu niñera, si te ves capaz de andar, tu mismo. Solo una cosa, recuerda nuestro Pacto de Silencio.

-Tranquilo te puedo asegurar que sé guardar un secreto.

-Ok, al menos deja que te ayude a levantarte.

Le ayudo a incorporarse, parece que el calmante le hace efecto, no ha gritado. Al llegar a la puerta de salida me tiende la mano y se despide. Esos cuatro pisos van a ser duros, colega. En fin vayamos a lo nuestro.

“Doc” esta recogiendo el material y los utensilios.

-El chico forma parte de tu nuevo yo?

-Solo una coincidencia, caída del cielo. Yo también me alegro de verte.

-Te he reconocido a pesar de todo.

-Vaaya... Esperemos que seas el único, aunque no me extraña. Después de todo, eres una eminencia en recomponer caras.

-Desde cuando te haces llamar, Al.

-Capitán Albert T. Rimbregert, ese es mi nuevo nombre “Doc”.

Por un momento sus manos han temblado... Sí amigo mío. Lo has captado.

-Sabes en donde te metes?

-Dímelo tú.

-Las cosas han cambiado mucho, Al. Ya no se usan las viejas normas, ni los protocolos y yo hace mas de seis años que estoy fuera del negocio, desde lo de...

-Sí. Sé que creías que no volvería nunca más a visitarte, pero he vuelto. Y sabes que me lo debes. Y a tu padre también.

Ahora se acerca a mí y sus ojos han empezado a humedecerse... me abraza.

-Eres un hijo de p. Creí que estabas muerto y que no volverías, pedazo de ca...

-Tienes que comprender que no ha sido un caminito de rosas. Llegar hasta aquí sin que salten las alarmas ha sido toda una odisea.

-Y ahora piensas seguir con lo previsto? Después lo sucedido y de tantos años?

-Para eso he venido.

-Sabes que eso es imposible. Lo mejor es que lo olvides todo y vuelvas de donde has salido.

-Olvidar como has hecho tú, verdad? Crees que perdonar y pasar página, va con esa gente? Acaso has olvidado también lo de tu padre?

-Cállate! Cállate! Quién te crees que eres, eh? Acaso piensas que para mí ha sido fácil?
Tú has tenido seis años de paz, mientras que yo he tenido que esconderme, fingir fidelidad y renunciar a todo para salvar la piel. Además, “Capitán Al”, ellos ya sabían lo de Kat. No pude hacer nada.

Así que me mintió. Fue él quién lo hizo y no el otro? Oh! Dios, ahora lo entiendo. Entonces solo me queda una opción.

-Dónde esta?

-Crees que después de todo lo ocurrido, iban a contar conmigo?

-No te lo repetiré “Doc”, dime dónde esta?

-Sabes que yo solo era un intermediario y no se fiaban de mí. Lo único que sabía te lo hice llegar por los canales habituales. Cuando paso aquello no volví a usarlos... luego empezó todo, las pesquisas, los interrogatorios y las “limpiezas”. Ya sabes, el protocolo de retirada.

-Mientes. Solo has cometido un error. Se te escapa un detalle: Él me lo confeso antes de hacerlo, “Doc”.

Su cara se ha transformado en la de un hombre luchando por su cordura contra la conciencia. Pero también tiene miedo. Miedo de mí.

-Sí amigo mío, me lo dijo todo como un malo de opereta. Eso solo, ya me lleva hasta ti. Kat era la mitad del problema, el otro eras tú. Con ella fuera y tu dentro la ecuación es fácil. Ella era el cebo. Así que por ultima vez. ¿Dónde esta?

-Es una locura, no puedes tocarle. Ahora todo esta en orden, si lo desentierras nos matarás a todos. Por favor, Al. No me lo pidas más. Mis hijas no tienen la culpa por los pecados de su abuelo y de su padre. Te juro que no les diré que existes.

Se siente amenazado, creo que va hacer una locura, si pretende atacarme con algún bisturí de los que tiene a mano, tendré que lastimarlo. O eliminarle.

-Pienso hacerlo con o sin tu ayuda, ”Doc”. Ellos pueden husmearse que estoy aquí, no me queda mucho tiempo, pero no importa. En cuanto a matarnos, lo veo poco probable. Dime, colega, cuantas veces puedes matar a un hombre?

-Estas loco! Si te descubren no importará tu identidad, solo serás un cabo suelto que hay que atar y listo.

-Te hacía más valiente “Doc”, como tu padre. Él no se rindió nunca, incluso en el último minuto fue un luchador.

-Déjalo ya. Apelando a mi dolor no podrás convencerme. Oh, si! por su culpa yo he tenido que malvivir. Siempre con el miedo a que vinieran o que creyeran que les habíamos traicionado, total para qué, eh? Mi padre tuvo remordimientos y te contó la verdad. Prefirió salvarte a ti en lugar de a mí, a su propio hijo, me repudio.

-Eso no es cierto, él nunca quiso que te metieras en el negocio, pero tú tuviste la idea y al aplicarla encendiste la mecha. Y le obligo a entrar. Pero tu ego herido provoco que todo lo que tu padre había hecho para ocultarte de ellos no valiera para nada. Es más, estaba dispuesto a sacrificarse en tú lugar. Cómo así hizo. Él dio su vida por ti.

Ahora puedo ver como se desmorona la mentira que le anestesiaba la conciencia. Pone sus brazos en la camilla para apoyarse y empieza a llorar. Un hombre adulto en pijama, batín y con bata de médico llorando a moco tendido como un niño, es un espectáculo duro. Pero él no es un hombre cualquiera, si no un médico que causo la ruina de muchos. Entre ellos su padre y yo. Debe de pagar sus pecados. Y para saldarlos debe ayudarme.

-Yo quería hacer un mundo más humano y más hermoso, Al. Por qué tuvo que morir mi padre? Por qué esa gente lo uso todo para hacer tanto daño?

-Por que lo que crea el ser humano es como su esencia: puede ser un ángel o un demonio. Basta con elegir un bando para definirlo todo.

-Estoy cansado, Al. Creí que todo había pasado, con la muerte de mi padre y lo tuyo, pensaba que se había terminado todo. Llevaba dos años sin saber nada de ellos. Casi creí que se habían olvidado de mí, pero me engañé a mí mismo. Un día vino él, al principio no le reconocí. Se había vuelto a operar la cara. Una chapuza, je, je.

Esta empezado a entrar en una crisis nerviosa. He sacarle la información ya.

-Debo reconocer que la que le hice yo era mejor. En fin, se identifico y me intento sonsacar. Me contó que venia a conocer las novedades. Ahí comprendí que podían haber cambiado de opinión sobre mí. Acaso se había cometido un error? Él me dijo que ellos nunca cometen errores. Solo debía enviarle un e-mail a su correo electrónico si sabía algo nuevo antes que nadie. Sí no era el primero en informar, me considerarían un error a eliminar, para mantener el “record”.Te imaginas, me dijo eso textualmente: “Para mantener el record deberíamos “corregirte”. Convénceme de que no eres un error,”Doc”, descubre si hay algo nuevo e infórmame.” Desde entonces me envía una postal cada diciembre, en ella siempre escribe: “Recuerda: A los errores hay que corregirlos tarde o temprano. Feliz Navidad, Saluda a tus hijitas y a tu ex señora.” Esa novedad eras tú, verdad?

De acuerdo, no puedo contar con el factor sorpresa al cien por cien, pero menos da una piedra. Habrá que acelerar el proceso.

-“Doc”, sabes que si no me ayudas, esto no terminará jamás.

-Tú solo no puedes, Al. Es imposible.

-Un grano de arroz ya desequilibra una balanza. Escucha, si lo hacemos a mi manera todo saldrá bien.

-No puedes llegar a él sin despertar sospechas. Solo yo conozco su nueva identidad.

Ahora es cuando le tengo a tiro para hacer uno de mis trucos de manos.

-En realidad, “Doc”, ya sé su identidad nueva, me lo ha “cantado” alguien de más arriba que tú.

-No! Quieres decir que ya has contactado con ellos. Estás loco, me matarán! Mis hijas, que has hecho!

-No lo entiendes todavía? Es increíble que un hombre con el segundo mayor coeficiente intelectual del mundo, no sepa entender entre líneas. Escúchame, Doctor Prometeo: Meses después de pasar aquello llegué a Río Grande. Sabes quién estaba allí?

-Oh, Díos mío!

-Sí. Hay gente que al ver a un fantasma, confiesa de pleno. Sobretodo cuando ese espíritu viene para vengarse de quién le ha convertido en espectro.

-Quieres decir que fuiste tú quién...?

-Sí. Lamento comunicarte que el Jefe de Máquinas retirado Don Ricardo “melón” Torqué y Miralles, nos ha dejado.

Su cara es todo un calidoscopio de emociones, sabe que eso es bueno pero reprobable. Io ha muerto. Vamos a por Europa.

P.D.: Fase Beta I finalizada. Fase Beta II iniciada.

6 comentarios:

Irene dijo...

Qué intriga. Me quedé con ganas de saber más xD

Norma dijo...

Si, la verdad es que momento estoy bien vendida...

Saludos!!!!!!!!

maps dijo...

Quizás el Club de las noches en vela, tengan algo que ver con lo que esconde el colgante de Asís??? y con el pasado tenebroso de Al?

dalr dijo...

Con lo que esconde Asis, seguro. Con lo del capi... pues quizás. Estoy pensando en ello. Buf, qué liooooooooo.

Irene dijo...

Tiene pinta que lo que esconde Asis está relacionado con el Club. Con lo del capi podría ser. Puff, yo me espero a ver qué pasa.

zendal dijo...

Vaya con Al, esconde secretos más oscuros que los de Asis...

;D

Este fin de semana intento continuar con la historia.