martes, 27 de marzo de 2007

Huyendo de nuevo

Nerea ha vuelto de su trabajo el Blue Bar. Estuvo hablando con Kivu y con otros clientes asiduos del local, que es bastante marchoso y siempre se queda hasta que se acaba la música, se encienden las luces y la gente desfila hacia la puerta de salida hablando bulliciosamente. Ya en casa se da cuenta de que no tiene sueño y busca entre los cientos de discos compactos,muchos de ellos sin etiquetar, algo que pueda escuchar.



Abre una botella de malibú y saca un zumo de piña de la nevera. Deja que la música le invada la mente y deje de pensar en el mal rollo que tuvo esa mañana.

"Harta de pensar que no tengo
ni la más remota posibilidad,
que tu lecho es demasiado estrecho
y no da para más" Nerea se pone a cantar bajito para no despertar a los vecinos o a Alex.
"La noche en vela
Me quedo en nada,
me quedo en tierra
La noche en vela
Me arranca la alas
de cuajo la tristeza"

Traga alcohol para tratar de disolver el recuerdo de la conversación telefónica de esa mañana, pero su mente se empeña en revivirla:

-Una llamada a cobro revertido desde Argentina, ¿desea aceptarla?
-Sí-
-Nereaa-
-Hola mamá, ¿ocurre algo?-
-¡Dime que no es verdad lo que me han dicho-
-¿qué te han dicho?-
-Hablando por teléfono con mi amiga Juani me dijo que su hija se encontró contigo y le dijiste que estabas trabajando en un bar de copas. ¡¿Cómo has podido avergonzarnos así? ¡No te hemos criado para terminar así-
Nerea recuerda la voz afectada de su madre y lo propensa que es a montar melodramas.
-¿Así cómo, mamá? El oficio de camarera es muy respetable, no es lo que te piensas, es un bar elegante y fino.
-¿Y los estudios? ¡No los habrás abandonado?-
-No mamá, van muy bien y estoy con mi tesis por la mitad.- Se recuerda a sí misma tragando saliva y mintiéndole para no confesarle que sus notas han bajado y que le han raspado en una.
-También me han dicho que estás viviendo con un chico. ¡Oh! ¡Y que sea tu madre la última en enterarse!-
-Mamá por favor, es sólo un compañero de piso- Nerea se imaginó estrangulando a la metomentodo de la hija de Juani, aquella conocida que se había cruzado con ella cuando repartía flyers del Blue Bar en el Paseo del Born, por la noche. Le había preguntado muchas cosas sobre su vida, dónde vivía ahora,etc incluso le pidió su teléfono para llamarla un día e irse de copas juntas. ¡El teléfono de casa de Alex ahora en manos de su madre!
-¿Compañero? ¡Nerea! ¿Y a qué esperas para encontrar novio y sentar la cabeza? Te quedarás para vestir santos.
-Mamá, no tiene más sentido tu preocupación por mí, estoy bien, soy buena chica, trabajo y estudio.- Nerea se recuerda a sí misma intentando escurrir el bulto.
-Pues si tan buen partido eres ¿cómo es que ningún chico se te acerca?-
-Mamá, la verdad es que hay algunos chicos rondándome-
-¿Y tienen carrera? ¿tienen dinero? ¿son guapos al menos? ¿Y ese compañero de piso?
-Es solo un compañero, ya te lo he dicho, es muy listo, toca la guitarra y es un poco hacker.-
-¿Un bohemio y un hacker? ¿Hacker? ¡Estás con un delincuente!Ay Dios, Juana tenía razón. ¡Me llevas por el camino de la amargura!-
-Mamá, un hacker no es un delincuente y no estoy con él, no es mi novio ¿Vale? Y ni que lo fuera, ya soy mayorcita para ...-
-No te permito que me hables así, ¿me oyes?-
-No te oigo, hay interferencias enormes, rrggg ssssssxx- La única solución que se le ocurrió para no perder los nervios fue desconectar la clavija del teléfono de la pared y un silencio la inundó, pero por dentro echaba chispas.

Hiciera lo que hiciera nunca su familia estaría orgullosa de ella. Nunca ningún chico sería suficiente para ellos y el otro extremo, pasar de los hombres, también se lo echaban en cara. "¡Quedaros en la Patagonia, rrggg!"

Nerea iba a ser mala. Esa noche el rock golpeaba sus oídos, el alcohol se filtraba por sus venas. Iba a pillar una borrachera de mil pares. Iba a hacer locuras, sexo drogas y rock and roll. Lo último que recuerda de la noche anterior fue a Alex llevándola en brazos a su habitación y arropándola con una manta. Ese chico era un sol y ella se sentía como en medio de un eclipse resacoso.

A la mañana siguiente, después del trabajo en el Urpiano,regresó a casa para prepararse una ensalada y hacerse unos lomos a la plancha. Tenía el tiempo justo para comer e irse a la biblioteca. Cuando llegó, la puerta estaba abierta y un enorme caos se encontraba esparcido por doquier. La estantería estaba caída, los libros y discos por el suelo, los cajones abiertos, la ropa tirada por todas partes. Nerea andó por toda la casa y todo estaba igual. De repente le entró un ataque de pánico.
Habían entrado en la casa a robar pero no había nada que robar. ¿Y si la habían encontrado el casero y sus amigos y ésto era una advertencia? ...o pudiera ser que fueran los enemigos de Xela, que no habían mantenido su palabra de no meterse con su colega. ¿Y si aún estuvieran en la casa?
Nerea salió otra vez dejando todo como estaba. ¿Y si llamaba a la policía? ¿Y cambiar la cerradura? ¡Necesitaba hablar con Alex! ¡Y con el club de las noches en vela! "¿Qué está pasando? Necesito un lugar donde esconderme hasta que sepa que ésto no tiene nada que ver conmigo, hasta que se calme la marea". Pero ¿a dónde ir? ¿Quien le echaría una mano?

3 comentarios:

maps dijo...

Que me parece a mi que lo que quiere Nerea es arrimarse al fortachón de Al.....

Norma dijo...

Si no tiene otro sitio, siempre podemos buscarle un rincón donde Picio, pero ya sabes lo pesado que es estar de vela todo el día...

Vaya!!! El club de Nerea pasándose las Noches haciendo de Vela cobra un nuevo sentido, jejeje

Ya me dirás si hay suerte con el marinero ;)

Irene dijo...

jajajaja pero qué malpensaos, nada de marineros. Nerea está asustada perdida, no tiene tiempo para pensar en romances ahora. Descartado lo de hacer de vela. No, no, no...Nerea está a la espera del factor sorpresa.