Almuerzo en el Urpiano

Querido y odiado ciberdiario: A partir de ahora he decidido darle un poco de colorcito a mis escritos. Eché de menos escribir. Le pedí al Urpiano la mañana libre para hacer la mudanza y me la dio.


Éstas son las pertenencias que tuve que trasladar: Una mesita de tocador de color blanco,
un espejo glamuroso rodeado de luces a lo Hollywood,un gran baul de mimbre donde guardo mis gorras, sombreros, pañuelos, guantes y cinturones;un armario pequeño pero con una barra muy alta donde guardo mis vestidos y faldas largas de tubo (cuelgan sin arrastrar el suelo)y un sofá cama. Una lamparita de noche y kilos y kilos de ropa almacenados en un par de gruesas maletas completan el conjunto. A eso le sumamos mis veinte pares de zapatos, mi neceser de pinturas cosméticas,mi secador de pelo de tropemil watios de viaje y mi nuevo ordenador portátil.¡¡¡ Sí!!!! Me he comprado un portátil con mi primer sueldo, aparte de pagar a Alex la habitación.

Estoy muy contenta porque ya no tendré que depender de ordenadores ajenos, donde siempre que escribo tengo la sensación de que alguien anda tras mi espalda para leerlo. Por fin algo de intimidad. Alex no tiene internet en el piso, así que me he tenido que abonar a un rollo de esos de telefonía "güifi". Enchufas una tarjeta al portátil y tienes un límite de conexiones al mes o megas. No entiendo mucho de que va, pero mientras pueda conectarme a internet un poco, me da igual. Las noches en el Blue Bar y sus porcentajes están dando frutos. Si a eso sumamos la irrisoria beca y el sobresueldo en el bar del Urpiano puedo sobrevivir dignamente. Bueno, a lo que iba. En la mudanza me ayudó Carlos, el amigo ¿Novio? de Laura Victoria. Fue muy amable y se ofreció. Menos mal porque yo sola no hubiera podido subir los muebles en tan poco tiempo. Aunque los desmontamos la madera pesaba mucho. La habitación no es muy grande así que una vez montado el armario, colgada la ropa y el resto de ella metida en cajas en la parte de abajo del armario, las maletas sobre el armario (pobre feng shui)el sofa cama debajo de la minúscula ventana y el tocador en el trozo de pared que queda junto a la puerta, queda el mínimo espacio para desmontar el sofá y convertirlo en cama. Por el día la habitación aún queda linda, pero por la noche, una vez desmontada tengo prácticamente que saltar sobre ella para irme a dormir. Un poco incómodo. Pero igualmente estoy feliz. Quería colgar algunas fotos pero ¿De mi familia? Me daría rabia de pensar que están en la Patagonia y me abandonaron. ¿De mis ex novios? rrrrggg ¿De mis viejos amigos? Hace tiempo que les perdí la pista desde que me puse a trabajar. Ya no tengo tiempo para irme con ellos de fiesta y mis amigas se han casado y hasta algunas de ellas tienen hijos. ¿Las fotos que hice en el Urpiano y en el BB? Me recordarían todos los días que tengo que trabajar. No estaba dispuesta a colgarlas pero...mirando atentamente las fotos que hice en el Blue Bar vi a Carlos, Ona, Laura Victoria, Gemma...y sonreí. Es lo más parecido que tengo a una familia en este momento.Así que tengo algunas fotos del Blue Bar colgadas y también del "Tío Urpiano" jajaja

Me parece gracioso, porque cuando hablas con él, aparte de gruñir, suelta unos comentarios de esos de pueblo que te partes. Un día entró un tipo y me dijo en voz baja que no sabía cuando entró quien de los dos era el dueño, señalando a Urpiano y a Sultán, que en ese momento los dos gruñían. Jejeje,un poco cruel pero me entró la risa tonta. Es buen tipo el Urpiano, me hace currar mucho pero también se porta. Me deja comerme mi bocata de chorizo para almorzar. Dice que me estoy poniendo flaca y que tengo que mantener mis carnes. ¡Hasta me cuida y todo! jajaja.


Ayer se me ocurrió que podría llevarme la colonia violetera a casa, ya que está en spray, y usarla como ambientador para restar un poco de olor a gato. Nadie ha preguntado por ella desde hace días. Cuando hace mucho tiempo que nadie pregunta por algo, en el cajón de objetos perdidos siempre se "hace limpieza" y si alguien quiere algo se lo queda. Si es muy valioso se lleva a Objetos Perdidos de verdad.



Hablando de eso, Gemma limpiando encontró un pequeño amuleto y lo dejó en el cajón. Es como un pequeño cilindro extraño colgado de una cuerda.
La cuerda se rompió y alguien lo perdió. Es un colgante que está a caballo entre el mundo del diseño y el rollo hippie. Si nadie pregunta por él se lo daré a Alex, mi compañero de piso, porque veo que le pega el objeto, y si aparece el dueño haré que se tome unas cuantas cervecitas antes de dárselo, jajaja.



En el Blue Bar hablé con Ona y está muy triste. Se ve que ha roto con su novio. Yo lo tenía de vista, no parecía mal chico pero es ella quien mejor sabe lo que le conviene.

Luego me fui a casa, llego de madrugada y me encontré a Alex tirado en el suelo como una colilla y una peste a cerveza...No quise despertarle.Pillé las botellas vacías y las metí en una bolsa de esas de reciclaje de vidrio que nos ha enviado el ayuntamiento.

Luego saqué el spray violetero y rocié las cortinas del comedor y las esquinas con él. Eché también en el recibidor de la casa porque olía a una mezcla de cerveza, salitre de mar y peste de gato: Un horror. Tuve casi que vaciar el pote entero pero al final ya no olía tan mal.



Al menos ya sé por qué huele a mar. Hoy me he encontrado por la escalera con un vecino. Me ha dicho que es el capitán no se qué (soy malísima para recordar nombres) y le he preguntado si era marino. Lo era, claro. Un viejo lobo de mar. O quizás perro de mar, porque los lobos son salvajes y este marino tenía pinta agradable. Le he dicho que comparto piso con Alex y ha asentido con la cabeza, conforme le conoce. Le he preguntado si tiene gato, por eso del olor...Me ha dicho que tenemos que encontrar al gato que nos orina en los pisos para darle un escarmiento. Pobre bestia, más le vale no aparecer, que el marino se pone de malas pulgas cuando oye la palabra "gato". Nos hemos dado la mano y me ha dicho que ya nos iremos viendo, que se tenía que ir.

Me he ido al Urpiano y ahora estoy ahi,con mis tejanos raídos y la camiseta roja tipical spanish que me ha regalado como uniforme del bar para disimular las manchas de vino que puedan caérseme encima.

Sí, el portátil lo he traído al bar del Urpiano y entre mordisco y mordisco de mi bocata, aprovecho para escribir. Es que no tengo tiempo de nada. He empezado a recibir todo tipo de comentarios en el ciberdiario porque está en formato blog. Hay gente muy maja comentando. Luego hay uno que firma como el troll solitario, otro que firma como anónimo y me invita a formar parte de un sitio llamado "El club de las noches en vela". ¿Qué será eso? En fin, cada loco con su tema. Me voy a trabajar, qué palo. Hasta pronto, ciberdiario.