jueves, 26 de abril de 2007

A la caza del millonario

Pitín había estado buscando. Buscaba a un millonario. Y lo buscaba para asesinarlo. No debía ser difícil encontrar referencias de alguien con tanto dinero y de paso, tampoco sería difícil encontrar cien motivos para desear su muerte. El hecho de que, supuestamente, sus antepasados hubieran amargado la vida de los de Ona no eran suficientes. Que ella se lo hubiera pedido, tal vez sí. Pero todo sería más fácil si descubría que se había enriquecido explotando a niños y robando a viejecitas. Un multimillonario debería haber hecho algo malo. La gente honrada no se hace millonaria. Pitín buscaba a Augusto, pero también buscaba su lado más oscuro. La búsqueda no iba a resultarle tan sencilla como esperaba.

Efectivamente encontró información sobre su víctima. Pero no era lo que esperaba. En efecto Augusto había tenido mucho dinero. Muchísimo. Pero no había necesitado robar a nadie para lograrlo. Había heredado una considerable suma de dinero pero la había ampliado sobradamente gracias a acertadísimas inversiones en las tecnologías más punteras: telecomunicaciones, biotecnología, aeronáutica... Pero curiosamente sus empresas destacaban por dedicar significativos porcentajes de los beneficios a la transferencia de tecnología a universidades y a la cooperación con países en vías de desarrollo. El tal Augusto fonnosequé (era incapaz de recordar el nombre completo; ¿no podría tener uno sencillito como el suyo?) había sido pionero en la firma de compromisos con entidades de comercio justo así como en la participación en programas de microcréditos. Incluso había sido propuesto al premio Príncipe de Asturias por haber liberalizado las patentes de los medicamentos que fabricaban para su distribución en paises del tercer mundo (al parecer no llegaron a concederle el galardón porque anunció previamente que sus convicciones republicanas le impedirían aceptarlo). Y toda esa información la había encontrado con gran esfuerzo ya que jamás había sido utilizada con fines publicitarios. En fin. No era el curriculum de villano que esperaba.

Sin embargo lo más sorprendente estaba por llegar. Resultaba que el discreto filántropo ni siquiera era millonario. Las últimas informaciones que aparecían sobre él, justo después de lo que parecía su única excentricidad (un viajecito turístico al espacio que, según pudo descubrir, ocultaba la noble misión de ayudar a financiar numerosos proyectos de la agencia espacial europea), indicaban que sus empresas habían sido malvendidas por su hijo, que lo había dejado en la ruina poco antes de desaparecer. ¿Significaría eso que ya no era necesario liquidarlo? Tenía que hablar con Ona del asunto, pero le preocupaba su reacción. Si efectivamente había visto a uno de sus antepasados sediento de venganza tal vez la ruina no fuera castigo suficiente y quisiera matarlo de todas formas. Pero si el hecho de que ya no tuviera dinero para financiar el Club hacía cambiar de idea a Ona podría significar que en efecto su amor era quien se escondía bajo el nombre de Hades... Ninguna solución parecía buena.

En ese momento oyó la puerta. Era Ona.

- Hola cariño. ¿Qué haces todavía vestido?
- Eeeeeh... Yooooo... Buenoooo...
- ¿No te alegras de verme como de costumbre?
- Sí, sí. Claro. Es que... Verás... Tenemos que hablar...
- ¡Ups! Qué mal ha sonado eso... - dijo poniendose seria, justo antes de volver a sonreir pícaramente.- ¿Cómo se llama?
- ¿Quién? ¡Oh! ¡No! No, no es eso -Pitín se había puesto como un tomate y Ona reía a carcajadas.- Quería hablar de lo del millonario.

Ahora Ona se había puesto seria de verdad. Estaba turbada.

- Perdona mi amor. No sé cómo he podido decirte todo aquello antes. Es una locura. La sola idea de matar a alguien me pone enferma. No me hagas caso, por favor.

Pitín sintió tal alivio que le pareció flotar. Aquella era la mejor respuesta que podía recibir. No había dicho nada de la ruina de Augusto y sin embargo Ona descartaba el asesinato. ¿Cómo había podido dudar de ella? Efectivamente, Pitín era un estúpido y daba gracias a Dios de tener a una mujer inteligente y culta a su lado para guiar sus pasos. En aquel momento la admiraba más que nunca por su buen juicio. Y esa admiración se estaba empezando a manifestar en forma de presión. Una presión que había empezado en su corazón y que se trasladaba hasta más abajo de su vientre. La atrajo hacia sí y la abrazó con fuerza mientras la besaba.

- Eso ya me gusta más... - dijo Ona mientras le acariciaba la nuca.
- Mmmmmh... Esto me recuerda que el otro día compré una peliculita que podríamos ver juntos. Me han dicho que aporta ideas interesantísimas sobre qué hacer con esos juguetitos que aparecieron misteriosamente en el armario.
- Ah! ¿Y a qué estás esperando para ponerlo?

Pitín sacó el DVD que había escondido bajo unos informes del trabajo a los que nadie hacía caso y encendió la tele. Sus mejillas sonrosadas se quedaron pálidas al ver la imagen que emitía el telediario. Apagó el televisor antes de que Ona lo viera y se dirigió a la puerta.

- ¿A dónde vas? Tenemos aquí todo lo que necesitamos...
- Es que... Verás... Acabo de acordarme que tengo que ir a ver a Urpiano. El pobre está en el hospital y hace días que no voy a verlo y es mi amigo y me siento mal y...
- Pero podrá esperar un par de horitas hombre. ¿O acaso piensas dejarme así?
- Lo siento mi amor. Sabes que no hay nada que me apetezca más que... bueno ya sabes. Pero el horario de visitas está a punto de acabar y se lo debo. Lo siento. Lo siento.
- Bueno, pues espera que me voy contigo.
- No, no, tranquila. Tú descansa que vienes de trabajar. Hablamos luego. Adiós.

Ona se quedó mirando a la puerta. Era extraño. Aquello no era propio de su Picio. Pero en el fondo le gustaba que fuera amigo de sus amigos. No era bueno que se pasara el día encerrado. Y pensándolo bien a ella no le iría mal descansar un poco. De todos modos... Había algo raro en la manera en que se había marchado. ¿Qué estaba haciendo cuando se acordó de Urpiano..? Lentamente se acercó al televisor y lo encendió. No podía creer lo que veían sus ojos. No reconocía al hombre de la foto, pero aquel nombre era inolvidable. Augusto Von Tischden de Espinosa, el misterioso millonario, había muerto en extrañas circunstancias. No podía ser. Una duda la asaltó. Y si Picio... No. No podía ser. Sin pensarlo se dirigió al ordenador. Jamás se le había pasado por la cabeza revisar las cosas de Picio pero... no necesitó buscar demasiado. El navegador seguía abierto y mostraba numerosas páginas con información sobre el millonario.

Pitín corría sin saber bien hacia donde. Como no soportaba la idea de mentir a Ona sus pies lo llevaban hacia el hospital. Y mientras corría, pensaba. Augusto había muerto. ¿Y si Ona ya lo sabía cuando le dijo que olvidara el asunto del asesinato? ¿y si había sido ella? Aún peor. ¿Y si había encontrado a otro más decidido para hacer el trabajo? No. Aquello no podía ser. Ona lo quería. O al menos él la quería a ella. Perdonaría lo que hiciera falta. Era la mujer de sus sueños y haría lo que fuera necesario para ganarse su cariño. Si eso implicaba cargar con un asesinato, lo haría. Pero en cualquier caso, Urpiano estaba en peligro y debía verlo.

martes, 24 de abril de 2007

La Fragua de Holofernes

En medio del Puerto de Barcelona, entre sus muelles, hay una furgoneta de la policia autonomica catalana aparcada, aparentemente de guardia... Aparentemente, porque en su interior hay una sala de vigilancia de última tecnologia que no tiene nada que ver con los Mossos. En una de sus terminales, una mujer rubia mantiene una video conferencia con un hombre vestido con un uniforme de alguien de muy alto rango.

-Pero señor. Creí que era cosa nuestra encargarnos de las Musas...

-Eso fue antes de confirmar que Caronte ha llegado a tiempo, agente Kyra.

-Como dice, señor? Caronte en Barcelona? Pero por que? Acaso no confiaba en mi equipo?

-Eso no es de su incumbencia, teniente Kyra. Aunque le puedo asegurar que no ha fracasado en su misión.Han logrado el objetivo primario: Tienen el colgante y el doctor Prometeo ha logrado las muestras. Su mision ha finalizado. Vuelvan a la base de operaciones en la ciudad. Eso es todo.

-Gracias, señor. Tan pronto eliminemos pruebas nos encontrará en la Base, señor.

-Por cierto, teniente Kyra.Lamento que haya tenido que abatir a Cancerbero.Buen profesional... lástima de su ambición.Hasta nueva orden usted sera el Cancerbero en funciones.

-Es un honor, señor. Le prometo que no le defraudaré Hades, señor.

-Eso espero, Nuevo Cancerbero. Eso espero.

Un escalofrio recorrió la medula espinal de la agente Kyra. Era la nueva jefa de operaciones tácticas del ejercito del Inframundo. Aunque en funciones. Apago el Medusa y se volvio hacia el hombre que se sentaba en la otra terminal que había en la furgoneta. Ese hombre la fascinaba y le daba miedo al mismo tiempo.

-Ya lo ve, tal y como le comenté, señor. En cuanto me ha puesto en contacto con Hades me ha confirmado el puesto.Aunque no me puedo creer que no me envié para la operación Rayo de Zeus.

-Quiza por que solo esta en este cargo en calidad provisional...

-Si, pero soy yo la que manda. Todavia no entiendo porque Hades me ha enviado a un Mentor en una operación táctica. Y menos a uno que no ha mencionado.

-Agente Kyra...

-Cancerbero Kyra o Cancerbero a secas.

-Bien, Cancerbero. Mi misión es comprobar que la muerte del anterior Cancerbero ha sido por las causas que remiten en su informe.

-Insinua que yo tenia otros motivos para eliminar al anterior jefe de táctica? En mi informe explico que en el momento de recibir de manos del
Doctor Prometeo las pruebas y el colgante, el Capitan Adam j. Skelstein, Cancerbero del Inframundo, ha intentado huir con ellos disparando a los dos soldados estigios. Los dos han muerto. En mi caso he procedido a detenerle. El resultado: él abatido y yo estoy viva.Fin.

-Bueno eso dice usted y la declaración del Doctor Prometeo. Por mi ya me vale, al fin y al cabo usted no ha traicionado a la Compañía...y eso es lo que importa. No obstante. Recuerde que en caso de haber un Mentor en una investigación, este se le considera de un grado superior que el del oficial de más rango que se encuentre dentro del equipo. Asi que ahora usted...

-Yo me debo a las ordenes, señor...

-Señor?

-Cancerbero Mentor, señor.

-Me alegro de trabajar con usted Teniente Kyra. Si no hay agentes de por medio puede llamarme Capitan o Al, como guste.

Parece que el lavado de cerebro de la niña ha funcionado. Kyra cree que ha sido ella la que se ha “cargado” al viejo,por traidor. Aunque en verdad, ella solo ha matado a los estigios que habia en la furgoneta. Lo único auténtico ha sido su conversación con Hades. Aun esta vivo y sigue en activo, en la Base Central de la Antártida. Mierda! Me va costar ir a por él. Pero, con mis recuerdos recuperados y todos los nuevos juguetitos del equipo de Kyra, acabaré la parte de aquí en Barcelona y luego ya veremos.Ya veremos.

-Agente Kyra, quién es el actual Caronte?

-Es un infiltrado en otras agencias de espionaje, su nombre es James. No entiendo por que él tiene que hacer todo el operativo solo.Podriamos hacer de unidad de apoyo.

-El rayo de Zeus?

-Usted no esta autorizado a saber nada más, señor.

-Cierto. Pero si incumbe a mi investigación... puedo exigir que me lo diga. Le ruego no me obligue a que se lo ordené.

-El rayo de Zeus era el nombre clave de la operación para capturar o eliminar a las Musas. Para ello, se nos habia ordenado vigilar a Asis y provocarle para que convocará a la Musas a un Conclave de urgéncia. Ese Conclave se realizaría en algun lugar del barrio del Borne.

-En donde del Borne?

-Parece ser que el Parnaso se encuentra cerca de donde colocamos la bomba para eliminar a una posible Musa. El nombre en clave es El club de las Noches en Vela. Y la tapadera es un Anti karaoke que se celebrará en el Blue Bar. Creo que Andromeda esta infiltrada entre ellos. Pero para poder actuar tiene que recibir ordenes directas de Cancerbero o de Caronte. Al parecer Hades no se fio del asunto y decidió enviar a ambos. Por si las moscas.Así de un modo u otro, el Rayo de Zeus destruirá a las Musas.

Dios mio! Asi que todo esto es una casualidad tremenda o una jugarreta. El Blue Bar como centro de reunion del Club, que no tengo ni idea de quienes son, entre ellos un infiltrado que será su fin. Y en todo esto, tengo a los dos chavales en la boca del lobo. Tres si cuento a Asis. No puedo salvarlos a todos si no se que pretende ese tal Andromeda.

-Sabe quién es Andromeda?

-No señor.Tan solo sé que si las ordenes no le son dadas en persona por uno de los dos jefes, Andromeda no actuará.Tampoco sé en que consiste el Rayo de Zeus. Caronte no se ha puesto en contacto con nosotros y Cancerbero nunca nos explicaba más allá de lo necesario. Era un paranoico y veia a traidores por todos lados.

-No será otro explosivo?

-No creo. Para eso no hubieran usado a Andromeda. Si se trata de destruir... nosotros somos perfectos.

-Bien. Por mi parte hemos acabado. Me puede decir cual es su siguiente paso, agente Kyra?

-Recoger al estigio Caparros. Se encuentra en el piso de alquiler de Asis. Por si hay más información. Pero aparte del colgante con el virus que hemos hallado, no hay nada más que destacar.

-Bien le acompañaré para acabar el informe y de paso me acerca a la ciudad.

Esa parte también ha quedado cubierta. Se creen que tiene el colgante correcto y que lo encontraron en “casa” de Asis. Siendo mi propia “casa”, no esta mal el cambio.Ahora se llevará al bruto que hay en ella y se acabó la brigada. Luego hablaré con Nerea y Alex para que no se acerquen a BB. No sé como les puedo convencer, pero lo haré.

Una vez subimos vemos que mi “puerta” todavia no esta en su sitio.

-Pero qué? Ese inútil no ha puesto la puerta.

-Esa es la eficacia que quiere demostrar en su nuevo cargo, Cancerbero?

Su mirada me traspasa y casi me mata. Dentro encontramos al estigio vestido de policia antidisturbios tendido en suelo. Esta inconsciente.
Menuda paliza le han dado.

-Caparros, me oye?

-Esta muy mal. Yo lo llevaré abajo...

-No señor. Yo puedo.

Pero que bestia! Se lo carga como si fuera un saco de plumas. Jamas ví una mujer tan fuerte. Es increible.

-Si no le importa, señor. Bajaré al soldado Caparros a la furgoneta y ahora subo para acabar con todo esto.

-No piensa investigar que ha pasado aquí?

-Claro que si, señor. Pero una vez haya colocado al agente en el vehiculo, me conectaré a la red de camaras que tiene el vecino de Asis.

-Qué vecino?

-Qué clase de Mentor es usted? No ha visto que el vecino de al lado tiene instalada una webcam en la puerta, con ella puede haber grabado a los atacantes del estigio. Pero todo me hace pensar en que ha sido el propio Asis.

Bien. Asi que alguien ha entrado en casa y ha dejado K.O. al soldadito de plomo. No me creo que haya sido Asis. Pero, entonces, quién?

-Al, estas aquí!

-Hola Nerea.

Me abraza con fuerza con lágrimas en los ojos. Ni que volviera de la Luna.tengo que evitar que vayan al BB mañana por la noche.

-Como es que te han soltado?

-Ya te dije que era un malentendido.Ahora la inspectora me ayudará a poner la puerta en su sitio. Pero hay otro problema. Alguien le ha dado una paliza a uno de los polis que estaba esperando aquí.No parece estar grave, pero no podrá bailar durante unos meses.

-Y quién ha podido ser?

-No lo sé.

-Y ahora que vamos hacer?

-Esperar a la inspectora.

Al cabo de unos momentos la Agente Kyra sube con un portátil Medusa.Como buena estigia sabe que si hay civiles tiene que disimular. Tal y como hemos “programado” actuaremos como policia y propietario de la casa.Otro punto a mi favor.

-Hola. Tengo unas imágenes que me gustaría que viera. La señorita és...?

-Mi vecina de al lado, Nerea.

-Bien tal vez pueda ayudarnos. Verá, para agilizar el tema le diré que he pedido una orden judicial y se me ha permitido conectarme a sus camaras de video, señorita. Gracias a un programa informático hemos reconstruido las tres caras de los asaltantes, y asi, a pesar de los pasamontañas poder identificarles. Alguno de ustedes les conoce?

En la pantalla aparecen tres jovenzuelos con estetica skin. Ni idea de quién són.

-Oh Dios mio! Son los colegas de mi casero!

-Y que hacian en casa de su vecino?

-Iban a por mí. Son tan idiotas que se confundieron de puerta.Es que tuve problemas de mobbing con ese casero y le amenacé con denunciarlo. Y no le gusto.

-Bueno la cosa esta clara. Pondré a dos de mis hombres en vigiláncia las 24 horas en la puerta de casa. Si vuelven a aparecer les pillaremos. Buenas tardes.

-Inspectora permitame acompañarla. Nerea si quieres esperame aqui.Tomaté algo si quieres. como en tu casa.

-Es que pasa algo más?

-No cielo, tan solo quiero hablar contigo un momento.Ahora vuelvo.

Bajamos las escaleras y entramos en el coche.Le digo que de momento no hace falta su ayuda. Yo me quedaré e investigaré si esa chica sabe algo más sobre Asis y si es verdad eso de los tres pringaos.Nos despedimos.Vuelvo a entrar en casa y Nerea esta en el sofa llorando.

-Escucha Nerea. No te preocupes, les pillarán. Pero por si acaso es mejor que te olvides de ir al Karaoke. Entre tanta gente te pueden dar un mal tanto.

-Pero yo quiero ir. No voy a esconderme de esos capullos pelados.

-De acuerdo pero iremos juntos. Tu y yo.

-Vale. Pero con una condicion.

-Dime.

-Alex y yo cantaremos una canción juntos y si tu quieres cantaré otra contigo.

-Bueno la verdad es que pensandolo mejor... Yo quiero darte una sorpresa y he decidido cantar yo solo. Tranquila te gustará. No te enfades,vale?

-O.K. pero reza para que me guste.

Si cariño, te aseguro que te gustará. Puede que te mueras del gusto. Maldita sea! Tendré que ir de niñera. Bueno si así salvo a tres pájaros de un tiro. Ces´t la vie.O como se diga.

lunes, 23 de abril de 2007

La duda

Sin duda Pitín se estaba volviendo loco. No es que no le pareciera bien cantar esa canción. El problema era que no era la que tenía en mente. Llevaba días dándole vueltas al asunto y había pensado cantar algo que reflejara su estado de ánimo. Unas semanas atrás habría cantado un tango o un bolero. "Uno" hubiera sido su primera opción, o tal vez "El día que me quieras" si estaba optimista. Luego pensó en cómo se sentía y le vino a la mente "El rey" aunque la letra no tenía mucho que ver con su vida, más bien con su euforia. La imagen de la mampara de su ducha empañada, con la huella de la mano de Ona cláramente marcada le hizo pensar en "Gimme, gimme" de ABBA, aunque no le veía la relación. Acabó por pensar que "Too much love will kill you", de Freddy Mercury, representaba muy bien su futuro inmediato si seguía a ese ritmo. Finalmente decidió cantar algo no tuviera nada que ver con él y eligió "I'm just a gigolo" que podía quedar divertida. Pero cuando Ona le preguntó, con Laura Victoria al teléfono, vio sus ojos, sus labios, su cuello, su pelo... "Light my fire"

Había dicho el título de la canción de The Doors o su cuerpo había vuelto a liarlo para acabar en... Daba igual. Ona ya había colgado y, entusiasmada con la canción, estaba encendiendo el fuego de Picio con maestría. Durante las dos horas siguientes Pitín no pensó en la música ni en nada que no fuera Ona. Su cuerpo y sus deseos. La picardía en sus ojos que pedían más en cada no puedo más.

Cuando ella se marchó a trabajar tras la segunda ducha (esta vez echó el pestillo del baño para que no pudiera seguirla) Pitín se quedó recostado en la cama mientras saboreba el último sorbo del vino. Repasando las aventuras de los últimos días.

Tras el atentado en el Urpiano los miembros del club se habían vuelto más desconfiados. Las claves utilizadas eran más complejas y le costaba seguir el hilo de las conversaciones. Aún así había entendido algunas palabras sueltas que le permitían ir definiendo la situación. Era evidente que había una conspiración en marcha y el Club quería detenerla. Se trataba de un problema de seguridad nacional relacionado con un virus. Pensó que trataban de evitar una epidemia o, peor aún, un ataque biológico. Sin embargo no podía entender mucho más y, de repente, el chat dejó de funcionar y no volvió a poder entrar. Entonces fue cuando sonó el móvil.

Al revisarlo se dio cuenta de algo extraño. Aquel no era el mismo móvil que se había encontrado en los lababos. Lo supo al ver que en la agenda no aparecía aquel extraño SISA sino... ¡ONA! Sería casualidad...

Como en el otro móvil, el número que aparecía era demasiado largo para ser de un teléfono. Casi por instinto (jamás lo había tenido) se dirigió al ordenador. En la pantalla se mostraba la página de acceso al club con los campos para introducir la contraseña. La suya ya no funcionaba ni había manera de solicitar el ingreso. Introdujo ONA como nombre y el extraño número como contraseña. No podía ser tan fácil pero... Increíblemente estaba dentro.

¿Significaba eso que Ona estaba implicada en el Club? Pero de ser así, ¿por qué lo habría ocultado cuando él le había contado todas sus investigaciones? Debía investigar algo más.

El chat estaba vacío. Aparecía un único usuario al que llamaba The King. Pero había algo que no estaban antes: un botón con la palabra "archivo". Allí encontró un histórico de las conversaciones en el chat desde hacía varios años, perfectamente ordenadas por fechas. Pese a que aún no dominaba todos los códigos pudo entender algo sobre una extraña organización que realizaba experimentos peligrosos. La máxima preocupación la centraba una tecnología para el control mental y un virus que podía llevar a... ¿la inmortalidad? Aquello parecía ciencia ficción. Lo peor de todo es que, más o menos en la época en que Picio apareció en escena, todo se había desmadrado. Habían empezado a detectar y eliminar a sus infiltrados hasta el punto que uno de los miembros del club, el mismísimo SISA, había huído con alguna prueba.., para desaparecer poco después. En paralelo, habían desaparecido algunos de los miembros del equipo que investigaba la otra tecnología y todo apuntaba a que ambos descubrimientos podían caer en malas manos. Un tal Hades parecía ser quien manejaba todo el cotarro y, lo más preocupante, es que pese a no haber podido localizarlo, todo hacía indicar que estaba cerca y que mientras buscaba la tecnología se dedicaba a eliminar a los miembros del club. Se decía que su principal obsesión, además de controlar los descubrimientos, era acabar con quienes habían refinanciado el Club, poniendo en peligro sus fechorías. Luego las comunicaciones habían acabado repentinamente.

Picio empezó a atar cabos. Había infiltrados en el club y él se había estado paseando por allí, con el consentimiento de sus miembros, pero sin formar parte. Probablemente lo consideraban sospechoso. Además el tal Hades buscaba al filántropo que financiaba el Club. Urpiano tenía mucho dinero (ahora se daba cuenta de que la historia que contaba sobre cómo se hizo rico era bastante rara...) y habían estado apunto de matarlo. Además... No quería pensar en ello pero hacía un rato que Ona le había hablado de otro millonario... ¡y le había insinuado que debían asesinarlo! Ona. Que no le había dicho nada cuando su nombre aparecía como miembro del Club... Podía ser una casualidad... Pero tanta casualidad resultaba sospechosa. ¿Y si Ona era la infiltrada? Y si se había acercado a él para utilizarlo? Y los sueños que compartían... ¿Podría ser un efecto de la tecnología de control mental? Aquella idea le hacía sentirse muy mal. Aunque tal vez era que no estaba acostumbrado a pensar.

Ona era lo mejor que le había pasado nunca. Era tan inteligente, tan encantadora... Ella era mucho más de lo que un idiota como él podía esperar de la vida. Aquello era razón más que suficiente para sospechar. Pero también para vender su alma si era necesario. Ya nada le importaba. Si Ona era la infiltrada, incluso si era Hades, Pitín estaba enamorado. Lucharía por hacerla feliz y si eso implicaba matar al millonario ese, lo haría. Prefería morir sirviendo a la mujer que amaba que seguir siendo el imbécil que había sido toda la vida. Aunque aquellos sentimientos fueran fruto de una tecnología extraña, eran más de lo que la vida le había dado antes. Sí. Seguiría investigando, averiguaría de qué lado estaba Ona y, aunque deseaba con todas sus fuerzas que todo aquello fuera un cúmulo de casualidades, si finalmente resultaba que su amor era el mismísimo diablo bajaría a los infiernos para entregarle su alma.

domingo, 22 de abril de 2007

La vida es una tómbola, tom, tom, tómbola

Jamás había visto nada igual. Llevaba ya unos cuantos años trabajando como Mosso D'Esquadra y durante aquel tiempo había podido ver unos cuantos fiambres, pero como éste... como éste ninguno. Al menos la identificación había sido relativamente fácil gracias a que el cadáver llevaba un pasaporte, aunque algo chamuscado, en uno de los bolsillos del chándal. Augusto von Tischden era el nombre del difunto.

Para empezar el lugar en el que debía estar la cabeza lo ocupaba un extraño amasijo que, a primera vista, parecía estar compuesto por una masa de lo que antes fuera una cabeza humana mezclada con lo que parecía ser una bola informe de cristal. Era sólo una suposición, claro, lo primero que se le ocurrió. Hasta que no se realizara la autopsia no se podría averigüar qué era exactamente aquello.

Pero eso no era todo. Eso era lo más extravagante, pero no lo único raro de aquel cadáver. Se encontraba en medio de un descampado y el amasijo cabecil era, precisamente, el centro de un agujero de alrededor de un metro de hondo y con una circunferencia de unos cuatro metros. Agujero que, como el cuerpo, estaba renegrido y chamuscado. Agujero que nunca había estado allí, Enric conocía bien el descampado, era refugio habitual de indigentes, drogadictos, etc.



Jamás había visto nada igual. De pronto algo llamó la atención de Enric. Dentro de aquel amasijo de cristal y carne había algo, algo... ¡escrito! '¿Alguien tiene una lupa o algo así?' 'Sargento mire a ver si esta le vale'. '¿De dónde has sacado esto?' 'Es de mi chico, de jugete... perdone'. 'No te preocupes, quizás sea suficiente'. Acercó la lupa y trató de leer. 'Stolichnaya... ¿qué leches es Stolichnaya?' 'Sargento, Stolichnaya cómo... ¿cómo el vodka?'


(...)

Varios meses antes el sargento Enric Pí estaba en su mesa librándose de papeleo que había acumulado mientras a unos 400 kilómetros sobre su cabeza Augusto von Tischden aprovechaba que Boris y Vladimir dormían la mona para expulsar al vacío parte de las reservas de alcohol de los dos rusos. La ecuación consistía en: menos alcohol para los rusos, menos tormento para él. Mientras depositaba en el conducto de evacuación la botella de vodka Stolichnaya Augusto no podía hacerse a la idea de las vueltas que puede llegar a dar la vida y, sobre todo, de las vueltas que puede llegar a dar una botella de vodka en órbita.



Nota del kutxi: ya soy un asesino. :-D

sábado, 21 de abril de 2007

El secreto de Asis

No podía esperar más. El tiempo de espera prudencial conectado desde un mismo lugar había pasado… y nadie había respondido al mensaje…

Eso solo podía significar que absolutamente todos los miembros del club estaban en problemas… y todo por culpa suya… aquel maldito virus…

Antes de levantarse del ordenador y largarse de aquella pensión, hizo un rápido flashback mental, de cómo había llegado a meterse en aquello…



…aquellos primeros años en la red, aquellos años de salvaje hackeo, que además de meterle en el “círculo” de la élite undeground del planeta, habían provocado que llamara la atención de aquella organización… en principio sonaba genial: un departamento científico, que aunque bajo control militar, estaba destinado a desarrollar una tecnología que uniera las más avanzadas ciencias de computación informática, con la biología, con la nanotecnología...

…junto a él, reclutaron con suculentas ofertas económicas y melosas palabras, a diferentes genios de diferentes ramas de la ciencia… y de sectores menos nobles…

…muy pronto, en pocos años, tecnologías propias de los libros de ciencia ficción, empezaron a cobrar vida en aquellos laboratorios…

…se consiguió fusionar el cerebro humano con microchips informáticos, que nada tenían que ver con los clásicos basados en el silicio… las posibilidades eran infinitas: memoria y datos ilimitados, fusión perfecta con cualquier computadora, procesamiento de datos en paralelo, cálculos matemáticos hiperrápidos, subrutinas de pensamiento especiales… y todo a disposición del dueño del cerebro humano que voluntariamente se hubiese prestado a los implantes…


…la misión de él, fue la de encontrar el puente para transformar un virus informático, en un virus real… un virus programado para la función que se desease, que invadiera los organismos, célula a célula…

…era fácil soñar con los resultados positivos: virus programados para localizar células cancerígenas y destruirlas sin afectar en absoluto al resto… otros encargados de corregir anomalías genéticas de nacimiento (eliminar un cromosoma de más, añadir un gen que falta, sustituir otro defectuoso…)…

…desde el principio, se prometió no participar en el diseño de ningún virus que pudiera ser usado como arma biológica, e incluso guardó con el más absoluto celo y de forma discreta, los secretos de sus investigaciones… siempre le aseguraron que ese no era el fin de su investigación…

…y recordó como llego al descubrimiento por casualidad…

…para poder programar virus biológicos, primero debía hacerse experto en su código: el ADN, el código genético… así que ideó programas, que rozando la genialidad, analizaron y destriparon el código hasta límites no conocidos hasta entonces… hasta que finalmente lo comprendió… y leyó las leyes de la vida…

…y entre los mayores secretos, descubrió algo inquietante y espantoso: que la raza humana, que todos los seres vivos de este planeta, ESTABAN PROGRAMADOS PARA MORIR…

…que realmente la muerte no es inevitable… no es un fin… no es una consecuencia del desgaste de los cuerpos… de la imposibilidad del cuerpo para autorepararse eternamente…

…HABÍA UNA ORDEN PROGRAMADA EN NUESTRO ADN, PARA MORIR… en realidad, para cesar las autoreparaciones, para iniciar sutiles deterioros al azar… para hacernos envejecer en definitiva… para hacernos morir…

… Al principio el descubrimiento le resultó cruel… ¿cómo un Dios, o la naturaleza había diseñado aquello?...

…Y la solución era sumamente sencilla para él… un virus… un virus que invadiera el cuerpo, célula a célula, localizase el gen de la muerte… y lo eliminase…

…el resultado sería que no moriríamos, ¡que seríamos inmortales!, que nos mantendríamos jóvenes eternamente…

…inmediatamente después de aquella locura de revelación y solución… se dio cuenta de lo que en realidad suponía el supuesto milagro de la vida…

jueves, 19 de abril de 2007

Soñar dormida, soñar despierta

Ona se despertó de un salto. Otra vez los sueños. Estaba sudando.
-¿Picio?
No había nadie. A Picio le gustaba levantarse temprano, y eso que no tenía oficio conocido. Le gustaba ir cada mañana al mercado de la Boquería . Ya le conocían todos los vendedores del mercado. Un sábado fueron juntos a comprar, Ona se rió al acordarse de los piropos que le gritaban las pescaderas y las fruteras:

- Ya ha salido el sol en la Boquería!!!!!!!!
- Rubito, hoy vienes acompañado??? Y yo que quería invitarte a probar mis peras, jajja
- Picio, gambita, te chupaba hasta la cabeza!!!!!
-Vaya, vaya, Picio –le dijo Ona-, ahora entiendo porque te gusta tanto ir al mercado, jajaja. Estás más rojo que esos tomates, gambita!!!

Ona había estado soñando. Cuando Picio estaba a su lado, la cosa mejoraba. No soñaba tanto, y cuando lo hacía, los pesadillas no eran tan terribles. En el peor de los casos, siempre podía contar con un abrazo al despertar. Bueno, un abrazo para empezar…
Ona se desperezó, y sonrió al recordar los últimos días. Despertarse con el cuerpo de Picio encima del suyo era su nueva postura favorita. Salir lentamente del sueño, notando sus besos, sabiendo que tan pronto como abriera los ojos y los clavara en los de Picio, él se clavaría en su cuerpo.
O, pensándolo mejor, su nueva postura favorita era de pie, en la ducha. Cuando llegaba cansada de trabajar en el Blue Bar, y se duchaba para quitarse el olor a humo y el cansancio de las piernas. Picio esperaba unos minutos, a qué el agua se llevara el cansancio, y entraba en la ducha con ella. Ona le enjabonaba el pecho, los abdominales, con movimientos circulares… bajando las manos lentamente, hasta llegar a esa parte de su cuerpo que siempre se alegraba de verla. Picio la levantaba y la sentaba en una pequeña repisa de obra que alguien había mandado construir con mucho acierto. El agua caía sobre ellos. Había que ahorrar agua. Qué mejor que ducharse juntos, como siempre decía Liam. Liam!!! Quién se acordaba ya de aquel ególatra. Cómo había podido pensar que estaba enamorada. Cómo había podido dejarlo todo por él!!! De todos modos, estaba contenta. De no ser por Liam, nunca se hubiera ido de casa, y no hubiera conocido a Picio. A Picio, que cocinaba para ella como si fuera la reina de Inglaterra; que le hacía el amor en cualquier sitio, a cualquier hora, en cualquier postura… ahora que pensaba, su nueva postura favorita era cuando…
Ona, basta ya, céntrate!!! El sueño. Trata de recordar el sueño. Había algo diferente en el sueño de hoy. Algo que parecía importante… pero no podía recordarlo. Tal vez si iba a dar una vuelta. Muchas veces, paseando por la calle, los sueños volvían.

Bajó hasta el Paseo Marítimo y empezó a caminar hacia el monumento a Colón. Había grupos de turistas, jubilados, los vecinos de toda la vida… pero ese día había también grupos de chicos y chicas, con sus profesores. Parecía que estaban enganchando carteles en la pared. Curiosa, Ona se acercó.

-¿Qué estáis haciendo? –le preguntó Ona a dos chicas.
-Estamos colgando carteles para recordar a los muertos en atentados anarquistas.

Atentados anarquistas?!?!?!? ¡Salvador! Había soñado con Salvador. Ona no era Ona. Era Mariona, y Salvador había ido a visitarla. Le había explicado que su muerte no había sido accidental. Que el señor Bofarull había pagado para que le pegaran un tiro. Que no podía descansar. Que le vengara, por favor, que vengara su muerte.
-Pero ¿cómo? -Le había preguntado Mari-Ona-.
-Bofarull tuvo una hija: Matilde Bofarull, que se casó con un empresario alemán, llamado Ludwig. Ludwig apoyó económicamente a Hitler y éste, a cambio, le facilitó mano de obra barata para sus empresas. Vamos, que empleó a prisioneros de los campos de concentración como esclavos… en pleno siglo XX. Ludwig se hizo millonario. Tanto luchar, tanto sacrificio por los derechos de los obreros… para nada…
Salvador había empezado a llorar. Mari-Ona no podía soportar verlo sufrir así, saber que llevaba un siglo sufriendo.
-¿Qué puedo hacer para ayudarte?
-Matilde y Ludwig von Tischen de Espinosa tuvieron un hijo. Se llama Augusto. Y a su vez, Augusto ha tenido otro hijo, Gonzalo. Y Gonzalo tendrá hijos y el cabrón de Bofarull vivirá en ellos para siempre, mientras que yo… Yo hubiera debido ser tu padre!!!!!!
-Tu hubieras debido…???
-Sí, Mariona fue tu tatarabuela.
-Mariona… mi tata...qué?, pero ¿cómo puede ser?
Cuando me mataron, Bernat se casó con ella, pero al estallar la guerra civil, ambos partieron al frente, a luchar por la república. Tu abuela tenía 20 años. También se alistó, como enfermera. Fue violada y se quedó embarazada. En el frente descubrió que su pasión era la medicina, pero si se hubiera quedado aquí, no hubiera podido estudiar. Así que, cuando tu abuela nació, tu bisabuela la dio a una pareja del barrio, Ángela y Antonio, buena gente, que no habían podido tener hijos, y les hizo prometer que nunca le dirían que era adoptada. Ni siquiera tu madre lo sabe.

-¿Y tú lo sabes porque....?
-Jajaja, porque estoy muerto, Ona, porque al morir podemos meternos en todos los rincones y enterarnos de todo. Pero estoy harto. He intentado que alguna descendiente de Mariona lleve a cabo mi venganza, pero tú has sido la primera con quién he podido conectar.

-Si, mi madre te hubiera dado un golpe de plumero si se te hubiera ocurrido aparecer por casa...
-Tú eres diferente a tu madre y tu abuela. Tú eres como mi Mariona... luchadora, nada te asusta. Tu eres mi última esperanza. Mata a los descendientes de Bofarull, y Mariona y yo podremos descansar por fin juntos y en paz.
Ona no entendía la lógica de Salvador. ¿Cómo la muerte de unos inocentes puede traer la paz?
Si pudiera hablar con Mariona, saber qué deseaba ella... Empezó a notar un perfume de violetas... pero, no, no eran violetas, era colonia moderna...

-Dejadle espacio para que respire!!! Ya vuelve en sí.
Ona miró a su alrededor. Vio a un grupo de estudiantes que la rodeaban. Una de las chicas con las que había hablado antes le dijo:
-Te has desmayado de pronto. Estabas muy blanca. ¿te encuentras mejor?

-Si, sí, muchas gracias.
-¿Ona? ¿Qué te ha pasado?
-Picio, qué bien que te encuentro. Ya me quedo con él, chicas, gracias por todo

-Ala, tía, has visto a ese tío buenorro, si lo sé, me desmayo yo, tía.
-Ya te digo, tía!

-¿Podemos sentarnos un rato?
-Sí, claro, pero no mucho, no se vayan a estropear los escamarlanes que he comprado para hacer una paellita.
-Jajaja, vas a conseguir que engorde!!!
-No te preocupes, antes de que vayas al Blue tenemos tiempo de hacer una siesta.
-Pero las siestas engordan, Picio -canturreó Ona.
-No la que tengo en mente, Ona -canturreó Picio.
-Vamos andando, que te explico lo que me ha pasado. Verás, iba caminando, intentaba recordar lo que había soñado, y me he encontrado a estas chicas que enganchaban carteles para recordar a caídos en atentados de anarquistas. De pronto, me he desmayado y se me ha aparecido Salvador. Me ha dicho que Mariona había sido mi tatarabuela, que Salvador no había podido tener hijos y que quería matara a los descendientes de Bofarull, para que su sangre no siguiera reproduciéndose por los siglos de los siglos.



Habían llegado al portal de casa de Picio. Subieron y entraron en el piso. Era un piso antiguo, de los de antes, con pasillos largos y techos altos.
Guardaron el pescado en la nevera, y fueron a sentarse al comedor.


-Ona, lo que te ha pedido Salvador es muy grave. No se puede ir matando gente inocente por ahí sólo porque uno tiene un sueño, por muy repetido que sea el sueño, y vale, aunque hayamos soñado lo mismo. Al jurado le va a dar igual.
-Lo sé, Picio. Yo tampoco lo tengo nada claro. me ha dado mucha pena verle llorando, pero ... no sé, no pienso precipitarme. Tal vez deberíamos ir a buscar a ese millonario, hablar con él, intentar que compense la memoria de Salvador de alguna manera
-¿Un millonario? Debe estar acostumbrado a que la gente intente sacarle dinero con todas las excusas. Nos echará a la calle de una patada.
-Si no lo intentamos, no podemos estar seguros...

En ese momento sonó el móvil de Ona.
-¿Sí? Hola, Laura Victoria. ¿Cómo? Sí, si, por supuesto. Picio y yo cantaremos juntos. Bueno, él cantará algo en solitario, y después cantaremos juntos Relax, take it easy de Mika. ¿Cómo? ¿Que estás cerrando la lista de canciones? ¿Que qué cantará él en solitario? No me acuerdo del nombre. Un momento, que te lo paso.



Si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos

Nerea rompió a llorar silenciosamente en la portería mientras veía como el furgón se alejaba con Albert dentro. Se secó las lágrimas con el dorso de la mano y se dio cuenta de que necesitaba un amigo con quien hablar pero descartó a Ona porque la imaginó en brazos de su amado Picio y no quería molestarlos.
¿quien se había convertido en su mejor amigo durante todo este tiempo? Sin dudarlo, llamó a Alex.
-Alex ¿estás ocupado?
-No, estoy tomando un café justo en la cafetería que hay junto al la parada de metro "Jaime I". ¿Estás bien?-La voz de Nerea parecía temblorosa.
-No mucho, pero no quiero hablar ahora. Quiero verte-
-No hay problema, te invito a café-
-Vale, voy para allá-

De camino hasta allí pensó en Alex. Sus pensamientos se encarrilaron en una comparativa entre Alex y Albert al pensar en las veces que había querido estar con Al y él nunca estaba.
¿Quien había estado ahi siempre que lo había necesitado? ¿quien la cuidaba cuando bebía de más? ¿Quien la acompañó al ambulatorio cuando se hizo daño? De acuerdo que Albert estaba ayudando a Asis, y probablemente ahora estaba en alguna parte salvando a la humanidad. Puede que estuviese siendo injusta con Al, pero después de haber visto su detención policial, su corazón se había derrumbado. Hay personas que no nacieron para estar juntas y el destino se empeñaba en separarlas. Por lo que fuera, Al y ella casi nunca se veían.

Sin embargo Alex siempre estaba por ella, siempre venía al Blue Bar y volvían juntos a casa. Puede que Alex fuese el chico de su vida y ella no fuese capaz de verlo. "Nerea, por qué siempre te enamoras de chicos que no te convienen?" Le pareció oir la voz de su madre reprochándole. Debía empezar a olvidarse de Al. Intentar desenamorarse de él. iba a ser muy duro.

Con estos pensamientos Nerea se encontró con Alex en la cafetería y se sentó frente a él, alegrándose de ver una cara amiga.

-Hola Alex-
-Hola Nerea. Tienes los ojos rojos ¿Has llorado?- Preguntó preocupado.
-Un poco, mira no quiero hablar de eso ahora. Te quería proponer una cosa.
-Soy todo oídos-
-Quería saber si...bueno, aquello que hablábamos el otro día sobre el antikaraoke...pues...-
-Dime-
-si te gustaría cantar alguna canción conmigo a dúo ese día-
Alex sonrió. Su momento había llegado.
-Claro que sí. He pensado una baladita de metallica. La de "Nothing else matters" ¿La conoces?
-Sí, creo que sí. He oído una versión que canta una chica, Lucie Silva. Es bonita. Creo que podría quedar bien cantada con voces de chico y chica.-
-Pues ¡Hecho! ¿Quieres que vayamos a casa a ensayar o prefieres que hablemos de lo que te pasa?
-No vayamos a casa ahora. Prefiero hablar contigo un rato-
-¿y me contarás por qué estás tan triste?-
-Es que me he llevado una fuerte impresión. Hace un rato se han llevado detenido a Al-
-¿Y eso es todo?-Dijo Alex restándole importancia mientras tenía que contenerse para no reirse.
-¿Cómo que si es todo? Alex, tú no lo entiendes. Les he visto tratarlo mal, empujándolo escaleras abajo y cuando les he preguntado qué había hecho casi me pegan a mí también. Ha sido muy fuerte.-
-Nerea, yo lo único que entiendo es que a tí te gusta ese tío, te ha camelado y ahora estás triste por él. No me dirás que no-
Nerea se puso roja. Alex la conocía mejor de lo que creía.
-Sí me gusta pero quiero pasar de él-
-Es lo mejor. Además no lo conoces de nada, no sabes nada de su pasado. Estos marineritos tienen una mujer en cada puerto y por la cicatriz que le viste seguro que ha estado metido en peleas chungas. Puede que sea peligroso- Nerea meditaba las palabras de Alex. "Enamorarse suele ser así, ves a alguien perfecto hasta que le conoces a fondo y ves que no lo es".

-Lo que me pregunto es por qué lo habrán detenido. El dice que ha sido un malentendido-
Alex se echó a reir.
-Cualquiera sabe-
-Alex no tiene gracia-
-Sí que la tiene, pero lo que no tiene gracia es que me pidas ir contigo al antikaraoke ahora que "tu capi" no va a poder ir contigo. - Dijo fingiéndose ofendido.
-Mira, no te pongas celoso. Había pensado en cantar una canción con cada uno, que la noche del antikaraoke va a ser larga. Siempre os estáis peleando y no sé por qué te cae tan mal. Al es buena persona...o por lo menos siempre he confiado en él.-
-Pues tú misma, porque seguro que miente más que habla. En fin, ¿Has quedado para hablar conmigo sobre ese tío? porque entonces me voy a aburrir mucho-
-Perdona, ay que ver lo irritable que te pones cuando hablo de él. Cambiemos de tema-
-Perfecto.- Se pusieron a hablar de música, un tema en el que ambos se sentían a gusto.

-¿Has oído que las entradas de Police se han agotado nada más salir a la venta en Barcelona?-
-Sí, el 60% de la venta ha sido por internet. ¿te apetecería que fuéramos al concierto cuando vengan?-
-¿Tienes un par de entradas? ¡Qué fuerte! ¡Claro que iré contigo! Alex, eres único para alegrarme cuando estoy de bajón. ¡Gracias!- Nerea estuvo a punto de darle un beso en los labios pero se contuvo y le dio un fuerte abrazo.
Alex devolvió el abrazo a Nerea y sonrió sintiéndose un ganador. Se dio cuenta de que Nerea había estado a punto de besarle.

Unas calles más arriba...

Tres chavales de diecisiete, dieciocho y veintrés, respectivamente discuten la jugada en la esquina del edificio propiedad a medias de Alex y Albert.
Parecen trillizos: Cuerpos musculados, camisetas pegadas al cuerpo para resaltar su figura, cabello rapado al uno, botas militares y uno de ellos con una cazadora militar, con símbolos fascistas.
-A ver, no os rajéis ahora- Arenga el mayor. -Mi primo dice que entremos y repartamos unas cuantas ostias al novio y si hay otros colegas también.-
-¿Y a ella la violamos?-Dice el mediano, de cachondeo.
-No seas bestia. ¡Nunca pegues a una mujer! Con que machaquemos a su chaval ella se acojonará. Le damos el mensaje y nos piramos. Ya verás como paga. Siempre han pagado todos. Ella es la primera que le está dando por c...y así perderá su reputación.-
El pequeño se muestra inseguro:
-¿Estás seguro de que es aquí donde vive?-
-Que sí, que una amiga de su madre ha ido contando que se había mudado a este barrio, que está compartiendo piso con un chaval, supongo que es el novio. Si nos lo encontramos, somos tres contra uno.-
Los tres gorilitas suben para arriba hasta el último piso. Alguien les dio mal el número de planta, pero ellos ignoran este detalle. Antes de llegar a la última, se cubren sus caras de nariz para abajo con unos pañuelos negros.
Uno de ellos susurra:
-Mirad, no hay puerta ni siquiera. Ésta debe de estar de okupa-
Otro piensa: "Menos mal que nos hemos tapado la cara. La muy zorra ha instalado cámaras".
El mayor les hace señales de entrar con cuidado y se encuentran de espaldas a un hombre vestido con uniforme de antidisturbios, aunque el escudo y el casco se los ha sacado por el calor.

-joder tío, que el novio es de los mossos. No nos lo habías dicho-Susurra el pequeño.
-Y yo que iba a saber? Bueno, lo mismo da. Va a recibir más que una estera. No seáis gallinas hombre..Tú, "moco", ves a ver si hay alguien más en otra habitación-
En ese momento el mosso se gira y "Brutus" aprovecha para golpearle en el estómago de forma contundente y quitarle la porra.
-¿quienes sois? ¿Por qué me pegáis? ¡Vais a ir todos a prisión, bastardos!-
-Dile a tu novia que han estado aquí "el moco", "el brutus" y el "tetris" y que si ya sabe lo que le conviene que pague a mi primo antes de una semana. ¿Queda claro?-
-No sé qué decís, no entiendo nada. Sois unos c..ones.de m...rda.-
-Tú díselo-
Entre los tres le golpean hasta que se queda inconsciente.

-tío, no lo habrás matado ¿No?-
-Que va, hombre. Anda, vámonos. Ésta paga como que me llaman Brutus.-
El agente Caparrós se ha quedado fuera de combate en el apartamento de Albert mientras el pequeño de los rapados , siguiendo como un pequeño padawan a sus dos maestros del lado oscuro,con las manos en los bolsillos, silba la canción de Pedro Navaja.

El despertar de las Musas (y 3)

Ufff... me duele la cabeza como si me hubieran puesto un mono loco dentro.
¿Dónde estoy?¿Quién es esta gente?

-Quienes son? Donde estoy?

-Vaya! la bella durmiente esta viva. Buenos días, princesita.

-Que hago yo aquí? Por que estoy atado? Por favor no me maten! Les daré todo el dinero pero no me maten!

-Tranquilo, muchacho. Ha sufrido un accidente. Lleva meses en coma. Este es el doctor Rovira, la inspectora Ramirez y yo soy el Comisario García. Vera, esta usted en un Centro de Rehabilitación a las afueras de Barcelona.Recuerda algo?

-Me duele la cabeza,doctor. Creo que voy a vomitar. Por favor, diganme, que pasó? Ha dicho meses?Por favor, desatenme.

-Tranquilo,hijo. No se apuré. Tomé esta pastilla es un analgesico. Dejemé que le desaté.

-Permítame,Doctor.Usted esta cansado yo lo haré por usted.

Guau que tía buena! Me ayuda a desatarme y aprovecha para tocarme las abdominales. Ufff. Que dolor de cabeza.

-Como se llama?

-Yo... soy... Al... Alberto Costa Pámias. Era el engrasador del “Arlette Noir” y... Dios me duele la cabeza.

-Es normal. acabamos de practicarle una terápia un poco experimental para augmentar las posibilidades de recuperación y como ve se ha despertado. Estos policias quieren saber si recuerda quién le ataco.

-Recuerdo alguien... Oh dios si ese Doctor es quién me ataco.

-Qué?

Me aparto del doctor. El comisario me coge por las axilas. A la vez me da algo pesado y frio. Al bajar la mirada veo que es un arma con silenciador.

-Vaya, así que aquí tenemos el culpable. Muy bien señor Costa. Ya sabe lo que dice el refrán ojo por ojo.

-Cancerbero esta usted loco! Si me mata jamás recuperarán el virus!

-Al contrario, amigo mio. Sabemos donde esta el colgante y tenemos a un substituto perfecto para usted. Su hija mayor.

-Miserable! Le dije que no la tentará con promesas. Conmigo se cerraba el circulo.yo era el último condenado por la Compañía de mi familia.

-Se siente Doctor Prometeo.Adios.Dispare Costa. Dele su merecido a esta rata de laboratorio.

Rata...si se lo merece por hacerme daño. Apunto a su cara. Empieza a llorar. Ahora sabrás lo que es bueno. Amartilló el arma y me dispongo a disparar.

Tres hombres y una mujer. Uno rie el otro llora de rodillas. La mujer esta impasible.El último lleva el arma que matará a uno de los dos primeros.Ese soy yo

Disparo.Dos proyectiles.

Uno hiere.

El otro mata.

La ventaja es que el muerto todavia tiene la sonrisa en sus labios. Celebro haberle hecho feliz en su último segundo. Aunque no lo merecia.Cancerbero esta muerto.

El agente Kyra tiene el brazo derecho herido. El tiro ha sido perfecto. No queria una muerte más. Por ahora.

-Que hay de nuevo "Doc"? Te lo digo. Yo soy nuevo. Sorprendida Agente Kyra?

-Pero como has podido sobrevivir?Eres tu Ulises?

-Bueno. Magia de espejos y humo.En realidad todo estaba previsto. Sabia todo."Doc" me lo contó todo el dia que lleve a Asis a su casa. Con eso perfeccioné mi estrategía.Gracias por cargar mi verdadera personalidad. Y ahora, pasemos a lo práctico.

-Como que tu verdadera personalidad?

-Veras, Kyra. Te voy a contar un secreto que olvidarás. Yo nací como Albert T. Rimbregert. Pero la Compañía me convirtió en Ulises.Ya sabes que me hicieron. Borrar para poder llenar otra vez.Cancebero crei en las venganzas poeticas. queria "devolverme" mi vida como "pago" a mis años de "servicio" Era un c..on de los grandes. Ah. por cierto. Otro secreto: He vuelto a Barcelona para recuperar mi vida anterior y vengarme de vosotros. La fase Ypsilon completa. Ahora voy a por la Omega. Adios Agente Estigia Kyra.

Le disparo con la pistola de tranquilizante. No se puede resistir mucho. La coloco en la Silla de la Srta. Pepis.

-Eres un cab..n, Al. Cuanto tiempo llevabas despierto.

-El suficiente. Vamos, reza para que no vengan de visita los dos gorilas que tenemos en la furgoneta de abajo.
-Yo no rezo nunca.

-Ah no? Y eso de “por favor Dios, que este bien. Al, ponte bien..” qué?

-Vete hacer puñetas!

-Si, Doctor Prometeo, enseguida. Pero primero modifiquemos la memória de Kyra con el disco que teniamos preparado.Vamos.

-De verdad te acuerdas de toda tu vida? Incluso como te reprogramaron?

-Si y además con la ayuda del suero de tu padre, he podido reforzar el cerebro contra el formateado. En realidad tengo los recuerdos de toda mi vida desde que era pequeño hasta ahora. Salvo estas cuatro horas que me pegado la siesta.Y alguna otra resaca, pero eso es otra historia.

Ahora reprogramaremos a esta Estigia y luego buscaré a Asis para intentar salvarlo. Si llego a tiempo.También debo ir a por Nerea y Alex.Y después me encargaré de Hades y de Zeus.

miércoles, 18 de abril de 2007

El despertar de las musas (2ª parte)

-Cree que se recuperará Doctor Prometeo?

-Sinceramente eso espero.

-Oh claro, olvidaba que ustedes eran amigos.

-Dejese de ironías. Pronto volverá en si, tiene que haber funcionado o si no
su cerebro habrá quedado como un disco rayado o peor: roto.

-Ciertamente sería una pena, pero le recuerdo que si le hemos permitido hacer esto es por que usted a cambio nos entrega a Asis y sus muestras. Ese era el precio: la vida de Ulises por la de Asis.

-Bien,Bien, ahora repítame que se supone que tenia que recibir?

-Otra vez,Doctor? Según el protocolo, usted tenía que recibir un fax con las pautas de protección y prevención para manipular un cilindro de muestras que le llegaría a través de uno de mis hombres. Dónde lo tiene?

-No he recibido tal cosa.

El hombre vestido de policia apunta a “Doc” en el pecho. Mientras una mujer rubia esta sentada con una silla puesta del revés, apoyando sus senos en el respaldo. Ella permanece atenta al cuerpo que se encuentra sentado en la Silla de Experimentos. El hombre de la silla esta incosciente. Su pelo color fuego con estrías de plata esta empapado. Su torso desnudo también perlado, parece un dibujo abstracto que combina las gotitas y regueros de sudor con la gran cicatriz que le cruza el pecho.

“Bonito cuerpo”- piensa la mujer.- “Si sobrevive, le invitaré a mi casa.”

-Por última vez. Seguro que que no ha recibido nada?

-Le repito que no. Aparte eso, cree que me puede matar ya. Le recuerdo que me necesitan aún.

-Eso es doctor. Aún. Pero recuerde que no es imprescindible. Nadie es imprescindible.

-Ni usted, Cancerbero. Qué cree que pasará si me mata y yo no he enviado las pruebas de las muestras del virus mutado? Cree que Hades estará contento? Puede que también le haga “olvidar” o le hará desaparecer? No cree?

-Cállese.Y tu Kyra, quieres hacer el favor de volver al ordenador para confirmar que los datos han sido transferidos correctamente.

-Señor, le repito que ahora Ulises esta en la fase de U.F.C., y en este caso al haber sido formateado su cerebro, puede que necesite más tiempo para asimilar toda la información que le hemos introducido.No puedo comprobarle si los datos han sido bien asimilados hasta que no pasen 48 horas.

-De acuerdo, solo llevamos unas cuatro horas desde el final de la entrada de datos, pero sabes que no podemos estar todo el dia aquí. Hay otras cosas que hacer.

-Pero señor, tambien he comprobado eso. Las Musas no han llegado al Parnaso, todavia tenemos tiempo. Y todavia hace falta que Andromeda se encargué del “fallo” que cometimos.

-Cierto Kyra, cierto. De momento, enviaré a los hombres a que recogan el Medusa y al estigio Amadeo. Espero que haya hecho bien el registro y que la puerta de la casa de Ulises vuelva estar en su sitio.Los detalles son los que delatan.

-“Sí. Y tus costumbres de bruto, también.”- medita Kyra”-“ Yo tendria que ser ya el Cancerbero, maldito vejestório. Tus tecnicas y mentalidad militar ya no son la moda entre el colectivo del Inframundo. Incluso Hades, el jefe de este ejercito de la Compañía tiene dudas de que sigas en activo.Pero sabes demasiado. Aunque? Si hemos recuperado al Doctor Prometeo y sus máquinas, puede que me sean útiles para “borrarte” todo.”

-Pero señor, nos dijo que ahora hay que mantenerse juntos para esperar ordenes. Creí que teniamos que esperar al Rayo de Zeus para que Hades nos de luz verde y poder...

-Cállate Kyra! Hablas más que piensas. Aquí el jefe soy yo. Recuerda que tengo muchos años de experiencia como para dirigir esto sin problemas.

-Si, señor. Disculpe.-“Disculpe que no le abra la cabeza con una probeta. Cretino. Sin problemas, dice. Por su culpa Asis se zafó de nuestra vigiláncia. Y todo por que sigue obsesionado con este hombre. Ulises. El Mejor Marino de todos los Tiempos. El Capitán del Kraken. Una leyenda dentro de la Compañía. Un mito que marcó un antes y un después en el seno de la organización. Incluso su “muerte” causó una revolución. Fue cuando Cancerbero se transformo a ojos de todos como el Aquiles a quién han dañado su talón. Y ese Paris fue este hombre que ahora yace entre tres mundos atado a esa silla.El de los vivos, el de los muertos y el suyo própio. Ulises?No. Ya no. Ahora es un hombre con una nueva mente. O un muerto.”

-Kyra, me oye.

-Perdone, señor. Decía?

-Digo que tiene razón, teniente. No hay prisa. Podemos esperar un par de horas. De todas formas, Amadeo puede estar aprovechando para confraternizar con la “vecinita” de este.Je,Je.

Cancerbero señala a Albert con la pistola."Doc" esta nervioso. Piensa en lo que esta pasando: Aunque la chica tiene razón sobre que cuando un cerebro se formatea el U.F.C. es más prolongado, Al no debería estar aún inconsciente.Debería estar despierto,desorientado y sin recordar nada más que la nueva identidad que le han programado. Quizás el tranquilizante ha contaminado el suero... y si no funcionase con otros elementos tóxicos en el riego sanguineo? Y si lo han matado clínicamente? Se ha vendido por nada? Todo esto se pregunta "Doc", mordiendose las uñas. Por primera vez en muchos años reza y pide a un ser que la ciencia no ha certificado: “Que haya salido bien, oh Dios, que funcione. Haz que Albert este bien”.

El despertar de las Musas (1ª parte)

-Si... exacto, ya me han llegado los trajes... no, no las tallas estan bien. Ahora solo me falta el envio del maquillaje... mañana por la tarde?... es que... verá podría ser por la mañana, aunque sea a última hora?... es usted un cielo. Muchas gracias... Si, quedamos así... Adios.

Cuelgo el telefono. El mensajero me ha traido el vestuario para el karaoke. El de Nerea y el mio. Se que las tallas son correctas, gracias a los “flashes” que me provoca el suero puntualmente.Y por fin, mañana podré presentarme ante Nerea para convencerla de que no venga conmigo al concurso... y vaya con Alex. Lo que hay que hacer para poder continuar con mis asuntos...

Ordeno los vestidos y enciendo el Medusa; hay que confirmar que la Compañía no ha movido ficha a causa de Espinosa.

Al iniciarse el programa me doy cuenta que mi querido amigo Xela ha estado navegando, desde que tengo el ordenador compruebo sus andanzas por la Red. Por si acaso. No me gusta hacer de espia, y menos de mis amigos, pero este chico puede meterme en lios y... ¡Mierda!
Ya la ha liado el nene. Allanamiento de morada con robo de mi própia moto?

¡ Me cagüen en la...!

Ahora no tengo tiempo de arreglarlo, me tengo que preparar para lo peor.

De pronto oigo ruidos en la puerta de “casa”; cuando me acerco para ver que pasa, esta sale disparada hacia dentro hasta caer al suelo.

-Alto! No se mueva policia!

Levanto las manos. Son tres mossos d'Esquadra. Dos de uniforme de anti disturbios y uno de la secreta. Bueno, en realidad, una. Es alta quiza metro setenta y tres; Rubia con una cola de caballo, ojos verdes. Una cara que si no fuera por estar en tension seria una beldad. Cuerpo felino y de buenas proporciones, nada le falta y menos le sobra. Excepto el arma con la que me apunta.

-En que puedo ayudarles, agentes?

-De rodillas con las manos en la nuca! Y nada de trucos!

-Caballeros, creo que hay un malentendido me permiten que les enseñe mi carné de identidad.

Uno de los gorilas de uniforme me empuja hacia el suelo donde me quedo boca abajo. El otro me pone su rodilla en los riñones. Me esposan y me levantan.

-Al menos pueden decirme de que se trata?Acaso me he olvidado de devolver el libro a la biblioteca?

Me golpean la rodilla con la porra. A parte de var las estrellas me caigo de bruces sin poder evitar caer de morro. Suerte que caigo de lado y la cajonera me frena con su marmol. Podria ser peor y haber golpeado en el espejo con la cara.Solo me he dado con la espalda.Duele pero no hay fracturas en ningun hueso. De eso me “informan” ellos mismos, así como mis musculos que se quejan del trato.

-Y ahora vámonos a la comisaria a charlar tranquilamente.

-Si quieren puedo invitarla a café y lo discutimos usted y yo placidamente. Sin carabinas de por medio. Que le parece?

Se acerca a mi guardado su pistola. Me sonrie, pero es una sonrisa fría. Da miedo. Antes de decirme nada, noto una explosión en mi estomago. Z..ra! que puñetazo. Esto es abuso policial, pero que coñ... si solo es un par de robos.

-Si quiere seguiremos con esta dinámica hasta que se calle.Entendido?

-Claro nena, uy... no me pegué, se va ha romper esos preciosos nudillos en mi cara dura.Vale,vale dejemoslo. Quién de ustedes me va a vigilar que no me roben mi própia casa?

-El agente Caparros se queda. Y usted se viene con nosotros. Andando.

Al salir aprovechan para zarandearme. Antes de bajar las escaleras echo un vistazo a la webcam de Alex. Chapó, chaval.La que has liado es pequeña, sabes? Sonrió al ojo de Polifemo de la cámara. Cuando estamos en la puerta del edificio, nos topamos con Nerea. Genial, lo que me faltaba para el duro.

-Al, que pasa? Por qué se te llevan detenido? Que has hecho?

-Tranquila cariño, ha habido un malentendido. No te preocupes, todo irá bien. Mañana, ya podré enseñarte el show. Recuerda que me has prometido venir.

-Mañana aun estarás en la “bodega”, chaval. Tira pá lante.

Sonrie para no llorar. Buena chica, en cuanto acabe con esto, voy hablar con ella de una vez. Se ha acabado las concesiones, Alex. Ahora ire a las malas.

-Al, que ha pasado? De que le acusan? Digamelo.

-Señorita, le recomiendo que se mantenga al margen de esta investigación si no quiere que la arreste a usted también. Vamos, tenemos mucho papeleo que rellernar.Andando.

-Espere.

Nerea logra robarme un beso antes que la inspectora le dé un empujón. Si la tocas otra vez... las esposas no serán suficiente. Te lo juro.

-Le repito que no se meta. Largemonos de una vez.

En la esquina hay un furgón de los Mossos d’Esquadra de la unidad de anti disturbios. Me hacen subir. Suerte que hay poca gente por el medio. No es por vergüenza, si no porque del modo que me llevan aun golpearian a alguien con mi cuerpo.Nerea permanece escondida en el portal de “casa”. Dios.... parece tan indefensa. Si no fuera por ella, quizás todo hubiera sido distinto... solo tendria que cuidarme de mi solo.

Cierran las puertas. El gorila va conmigo detrás, junto con la chica. Hay otros dos miembros de la panda sentados delante. El furgón empieza a circular. Cuatro polis y un funeral, ja, ja...(Espinosa a la carga).
El copiloto se gira y me mira a los ojos... Oh Dios!

-Hola Capitan Albert. Veo que Odiseo no se hundió con el Kraken.

-Entonces es verdad, señor. Este hombre es Ulises?

-Sí. A que es un placer tenerle entre nosotros, los vivos, agente Kyra?

Asi que se llama Kyra.Que bién. Este Alex la ha liado pero que muy bien.

-Si realmente ya hemos conectado. Verdad, Ulises?

-Si hubieras aceptado mi proposición. Te aseguro que si hubieras “conectado” conmigo, agente Kyra.

Intenta golpearme la cara, pero el copiloto le ordena que se detenga:

-Kyra para.No es propio de lo Agente Estigios perder la calma. Esto es cosa mía.

-Si, señor. tiene razón, señor.

En ese instante noto que algo me golpea el vientre. Un dardo tranquilizante. Mierda esto se acabó. Si al menos hubiera acabado con todos los que yo queria...

-Felices sueños, Ulises. Cuando despiertes ya no te acordarás de nada. Eso si despiertas.

-Lo mismo te digo Cancerbero.Si despierto te aseguro quéeeee....zzzz
Poco a poco voy perdiendo la conciéncia. Lo ultimo que veo es la cara de risa histérica de Cancerbero.Lo ultimo que oigo me da una terrible punzada de odio e ira.


-A donde vamos, señor?

-Al laboratorio del Doctor Prometeo. Ya es hora de que nuestro invitado conozca a su Judas particular. Ja,ja,ja.

Un furgón de la policia autonómica catalana se desplaza entre las calles del Borne para llegar a un muelle que esconde una cueva de las maravillas. Pero hoy puede decirse que será una cripta.

La misión

Pitín estaba transformado. Se sentía otro. Algunos podrían pensar que el amor, esa sensación hasta entonces desconocida para él que era el amor correspondido, lo había cambiado. Y ciertamente se sentía más fuerte y había descubierto en sí una autoconfianza nueva. Para sus adentros hablaba de la propiedad transitiva de la confianza. Si él confiaba en Ona y Ona confiaba en él... debía confiar en sí mismo. Quizás no había cambiado tanto. Seguía siendo el mismo imbécil de siempre. Pero ahora era un imbécil confiado, lo que probablemente lo convertía en doblemente imbécil. Pero era lo suficiéntemente imbécil como para no darse cuenta de esto.

El hecho es que el amor no era la única fuerza que había obrado tantos cambios en su personalidad. Otra era el sexo. Jamás había tenido tanta actividad sexual y eso lo mantenía en un estado de continua euforia que le impedía darse cuenta de hasta qué punto estaba totalmente exhausto. Quizás no lo notaba porque estaba comiendo como una bestia. Le encantaba cocinar para Ona y sorprenderla con nuevas exquisiteces que acompañaba con lo mejor de su bodega. Así, entre manjares, sexo, vino y más sexo había terminado por perder la noción del tiempo.

El hecho de que Ona fuera a trabajar debió llamarle la atención de que, quizás, él debiera hacer lo mismo. Pero estaba demasiado ocupado pensando en el próximo menú y, por supuesto, en su misión. Sin embargo tampoco tenía de qué preocuparse (aunque no lo sabía). Pitín no era consciente de ello, pero en la oficina nadie lo había echado de menos. De hecho su ausencia había sido un alivio para los pocos que se percataron de que no iba a trabajar. El caso es que, sin que él lo supiera, la jefa lo había contratado con la esperanza de llevárselo a la cama. Pronto se dio cuenta de que era un inútil y dio orden de que no le encargaran ningún trabajo. Pero lo mantuvo en el puesto porque aún lo deseaba. Finalmente, harta de lanzarle indirectas que jamás pillaba y alguna que otra directa que tampoco lo hacían reaccionar se dio cuenta de que era la persona más simple que había conocido y perdió interés hasta en su cuerpo. Pero como todo el mundo en la oficina (todos menos Pitín) se había dado cuenta de que le tiraba los trastos y el otro pasaba de ella, creyó que si lo despedía podrían acusarla de acoso sexual, así que decidió dejarlo en su puesto (en definitiva, ella no pagaba las facturas y Pitín decoraba bastante más que los cuadros cuyo alquiler costaban a la empresa el equivalente a varios sueldos). Además, creía que si lo echaba todo el mundo sabría a ciencia cierta que no se lo había ligado y prefería que la gente tuviera dudas. Prefería que sus empleados la tuvieran por una loba que mantenía al amante inútil que por una mujer despechada que se deshace del hombre que la rechaza.

Como fuera, Pitín no pensaba en nada de eso. Tenía una misión que lo había obligado a mejorar sus capacidades informáticas. De vez en cuando metía la pata y lo desconfiguraba todo, pero había aprendido el arte de "reiniciar" e incluso el de "reinstalar". Cuando la liaba en exceso metía en el posavasos el CD de recuperación que le preparó el muchacho simpático del servicio técnico y listos. Además hacia copias de seguridad de todo. Que se bajaba un archivo de Internet, lo copiaba en un CD y listos. Que escribía un correo electrónico, copia a CD. Cientos de CDs, la mayoría con un único archivo, reposaban ordenaditos y perfectamente etiquetados sobre una estantería que había dedicado en exclusiva para tal fin.

Su obsesión con la misión era parte de su dedicación a Ona. Quería ser merecedor de ese amor que, intuía, era más de Salvador que de él mismo. Debía ganárselo y para ello tenía que convertirse en un auténtico revolucionario. Y el único modo que se le ocurrió de serlo fue la misión.

Se trataba de una misión difícil de definir. De hecho no sabía muy bien lo que hacía, pero teía claro que todo empezaba por encontrar respuestas. Y las respuestas estaban en la red y en aquel móvil. Cuando tomó consciencia de que su nueva vida necesitaba de un misterio que resolver pensó en investigar cómo sus sueños habían conectado con los de Ona. Pero cabía la posibilidad de que la respuesta fuera totalmente decepcionante y eso hiciera que Ona perdiera interés, así que prefirió buscar una misión menos personal. El único misterio que le quedaba por desvelar era el de ese extraño club de las noches en vela. Claro que antes de darse cuenta necesitó alguna pista. La primera fue sutil. Todo el edificio tembló mientras la onda expansiva destrozaba los vidrios de las ventanas. Si hubiera ocurrido cinco minutos antes lo habría atribuido a la fogosidad con que se estaba entregando a Ona pero en ese momento se encontraba en un entreacto que dedicaba a preparar deliciosos combinados a base de zumos naturales y destilados de importación para recuperar fuerzas. Luego supo que habían volado el Urpiano Bar.

Aquello resultaba algo sospechoso, y más aún el hecho de que al poco rato se reiniciara la actividad en el chat del club, a horas poco habituales. Toda la comunicación era en clave pero ya sabía lo suficiente para reconocer que hablaban de una conspiración. Temió que los miembros del Club hubieran puesto la bomba, pero pronto vio que ellos eran el objetivo. Y si ellos eran el objetivo... ¿por qué poner la bomba en el bar de su amigo? ¿Sería porque sabían que Picio pasaba mucho tiempo allí? Por si era responsable de lo ocurrido decidió no comentarle nada a Urpiano en las visitas que le hizo los días sucesivos.

En cualquier caso, había otra pieza que no sabía cómo encajar. En un momento determinado el chat empezó a dar problemas hasta que la sesión se cortó. En ese mismo instante el móvil que encontró en los lababos, el que aprendió a manejar con Urpiano, el que seguía conectado al cargador desde hacía días, empezó a vibrar. En la pantalla se leía claramente una palabra que, tras mucho pensar, le hizo atar cabos: VELA.

lunes, 16 de abril de 2007

Flashbacks

Llega un punto, queridos lectores, en que toda historia merece ciertas aclaraciones y para ello, deberíamos rebobinar hacia atrás. Es absolutamente necesario para ponernos al día con ciertos acontecimientos posteriores.

ASÍS

Asís albergaba ciertos secretos:
Un disco en su reloj de pulsera, un código de acceso en un móvil que perdió y un virus en su sangre, aparte de una muestra en un colgante, que al parecer también le había sido robado. La humanidad podría beneficiarse de la mutación que provocaba pero todavía no se sabían sus efectos secundarios, uno de los cuales es que Asís cada vez aparenta ser más joven y sufre de cierto desajuste hormonal que le lleva a pensar bastante con su otra cabeza.
Su choque con cierta camarera del Blue Bar hizo que se encontrase con Albert, quien le metió en manos de cierto doctor-veterinario.
Asís se decidió a contactar con el resto de miembros de su grupo conspiratorio: El club de las noches en vela.
Picard-ncc1701” y la password. En ese momento, en su móvil extraviado, una persona obervaba como la pantalla de su móvil se tornaba azul oscuro, con la palabra VELA en letras blancas parpadeando en ella. ¡VELA! El club de las noches en vela.

HanMilenario-3PO había conectado con el chat.

EL DOCTOR

El doctor hizo lo que pudo por disimular delante del capitán cuando le vio aparecer con Asís a cuestas. ¡Con lo que le habían estado buscando y Albert se lo estaba ofreciendo en bandeja!
Le habían seguido la pista desde el principio. Le habían dejado irse y lo habían seguido, tomándole fotos de sus cambios físicos,usándolo como conejillo de indias para analizar en un humano los cambios del virus. Asís había logrado eludir la vigilancia desprendiéndose de su teléfono móvil. Chico listo. ¿Cómo pudo averiguar que había en él un localizador de personas? Por supuesto, no podían perder la pista del preciado teléfono, que marcaba ahora otro lugar en el barrio del Born. Por supuesto,pronto lo recuperarían. Y ahora tenían de nuevo a Asís controlado.

El doctor no tenía esas fotos en el disco duro de su ordenador y había hecho lo posible por borrarlas de su cabeza, pero pudo reconocerle.
Asís tenía una ligera herida, la piel desgarrada justo dónde había caído, en la rodilla. Fue fácil recoger una muestra de sangre sin que nadie lo advirtiera. Después de que Asís y Albert marcharan, la analizó con su microscopio y anotó todos los datos, enviándolos rápidamente por fax.
De inmediato realizó una llamada telefónica que le daba nuevas instrucciones. En pocos días, si todo iba de acorde con lo previsto,recibiría dentro de un sobre sin remitente un colgante. Debía abrirlo con sumo cuidado, pues dentro había una muestra de materia viva que debía analizar. Los datos se enviarían también por fax y se haría una comparativa entre el virus inicial y la mutación final.

Conocedor de numerosos secretos e inventos, sabía que tarde o temprano intentarían silenciarle. Puede que la Compañía temiera su traición. Pero a quienes más temía ahora no era a los asesinos a sueldo de La Compañía, sino a los poseedores de los dos grandes inventos que podían suponer un cambio en la humanidad: El "capitán" y el chico superdotado,llamado Asís. Si aquello se descontrolara...
No, de momento no lo matarían. Aún lo necesitaban. había hecho un buen trabajo y lo felicitarían.
En un momento en el que Asís perdió el conocimiento y con bastante disimulo, consiguió desabrocharle el reloj de pulsera que llevaba. Ya tenían de vuelta el disco y al propio chico, al que tenían de nuevo bajo vigilancia. Sólo les faltaba recuperar el móvil y la muestra, algo que a "ellos" no les supondría problema.

GEMMA

Gemma había vuelto de Egipto después de haber contactado en el Cairo con un agente... y se había reencontrado con James, su viejo amor. James era un agente secreto que al parecer andaba metido en un asunto increíble. Le había hablado de conspiraciones, bionanotecnologia, grupos de internautas, cilindros que guardan secretos fundamentales, cientificos fugados, millonarios perdidos, moviles con claves secretas...En el cairo su contacto le entregó unos documentos y le dijo que los protegiera con su vida, entregándoselos a James, y eso era lo que había hecho.
Por supuesto, los había ojeado discretamente, pero no había sacado nada en claro. James le explicó casi todo, aunque sabía que ciertas cosas no se las iba a contar, al menos no tan pronto. No entendía que tenía que ver ella en todo ésto y lo único que sabía es que deseaba que James le declarase que aún la amaba. Aún así escuchó atentamente la historia.

Al parecer un joven científico se escapó de un laboratorio en el que le habían implantado una sustancia a través de minirobots o bionanotecnología, una especie de virus que hacía mutar a las personas reconvirtiendo algunas de sus funciones. Antes de escapar se llevó consigo muestras del experimento y los datos que permiten reproducirlo a gran escala.

El laboratorio donde se realizaba la investigación del virus pertenecía a un grupo de empresas cuyos accionistas mayoritarios son por una parte, políticos corruptos sedientos de poder y control mundial y por otra, algunos filántropos millonarios, desconocedores de lo que realmente sucede. Para ayudar, el millonario Augusto Von Tilden de Espinosa había dado aquel año muchos millones para investigación, hasta que su inepto hijo, al parecer un trozo de carne con ojos, había regalado su fortuna entera al dueño de un bar a través de internet.

El científico no era el único que conocía el secreto fuera del laboratorio y el círculo de La Compañía, como se les conoce.
Seis personas más estaban enteradas de todo y dispuestas a ayudarle. El grupo se reunía en un chat que aparentemente era sólo un club de amigos pero con ciertos códigos podían establecer conexiones seguras, incluso con sus móviles. Este club se llamaba "El club de las noches en vela" y estaban esperando contraatacar a la Compañía. Había una reunión programada en la que se esperaba que una de las miembros del club llegase con el ex millonario Augusto, que aún sin dinero estaba lleno de contactos y que esa miembro consideraba que podía ser un buen aliado para la causa.

Gemma iba asintiendo las explicaciones de James y asimilando información, que le parecía inverosímil pero no tenía más remedio que aceptar, pues confiaba en que James siempre le había dicho la verdad, hasta que James le dijo:

-Yo soy un miembro del club y tu jefe Urpiano, es otro de los miembros.-
Gemma estaba asombrada.
-Tranquila, querida Gi, respira hondo.-Dijo James sonriendo al ver la boca abierta de Gemma. No era de extrañar. Acostumbrada a encerar suelos y limpiar baños, se le habían pasado las cosas verdaderamente importantes por delante de sus ojos. Ella tan amante de los detalles...y eran esos los árboles que no le habían dejado ver el bosque. Ella estaba implicada en una conspiración y sabía que tenía que tomar partido por el lado de los buenos, en el que estaba su amado James.
Las preguntas empezaron a agolparse en su cabeza.

-¿La explosión del bar fue un atentado? Urpiano dijo que había sido un accidente pero no nos explicó cómo ni nos dijo qué hacía en su bar un sábado por la noche.-
-En efecto. Alguien quiso asustarnos o simplemente matarnos. De todos los que estaban esa noche del club, sólo Urpiano recibió daños porque gracias a sus advertencias pudieron ponerse a salvo. Yo tenía que llegar a tiempo a la reunión secreta pero tuve un ligero contratiempo y me retrasé, lo justo para ver estallar el local. Algunos viandantes resultaron heridos y hay algún muerto. No sabemos si Augusto se encontraba entre ellos, pues no hemos podido acceder a esa información.
Creemos que la Compañía nos ha descubierto.-
-¿Quienes son los otros?-
-Tiempo al tiempo, querida Gi, iré contestando todas tus preguntas.-
Súbitamente del bolso de Gemma sonó un sonido conocido. James le arrebató el bolso a Gemma y urgó frenéticamente en él hasta que topó con un móvil, con pantalla oscura, en la que se leían las letras parpadeantes "VELA".
-¿Cómo es que tú tienes el móvil?-
-¿El móvil? Tengo un par de móviles que recogí del Urpiano un día que hacía limpieza.-Dijo poniéndose colorada y recordando el que sustrajo del amigo de Urpiano y el que recogió de la papelera del bar de su jefe, que eran idénticos.
-¡Bendita seas!-Exclamó James dándole un beso en la frente.-Tengo que dejarte, necesito ir a un cibercafé. Estaré en contacto contigo y recuerda ¡No comentes nada con nadie de nuestra conversación, ni siquiera con tu jefe o tus amigos! De momento, tú no sabes nada-
James se había llevado ambos móviles y ella se sentía feliz de poderle ayudar.

NEREA

Ah sí, Nerea. Aquella mañana decidió usar su tiempo libre para ir a visitar a su ex jefe Urpiano. Llegó al hospital del Mar y al llegar a la puerta tocó tímidamente la puerta.

-Jefe, soy yo, Nerea. ¿Puedo pasar?-
-¿Lo traes?-
-Sí, aquí está.- Dijo ella aguantándose la risa.
De dentro de su bolso extrajo un paquete envuelto en papel de plata y una botella de medio litro de vino tinto del Penedés.
-Buena chica, rrggg- Pareció emocionarse ante la vista de los ingredientes básicos para su recuperación.
A ella no era la única a la que se le había ocurrido aquella mañana visitar a Urpiano.
Un chico guapísimo, rubio y de ojos azules estaba observando la escena desde la puerta.
-Espero no molestar.-Dijo sonriente.
-Pasa, hombre, pasa amigo Picio.-
¿Picio? ¿Picio? ¿Qué posibilidad hay de que dos hombres se hagan llamar así en la ciudad? ¿Y por qué su cara le resultaba familiar?
-Nerea, te presento a un parroquiano fiel de mi bar. Picio, ella es Nerea, mi ex trabajadora.-
-Picio...¿Conoces a una chica que se llama Ona?-
-¿Ona? Sí, la conozco.- Contestó poniéndose rojo como un tomate.
-Pues es mi mejor amiga y ella me ha hablado mucho de tí-
-¡Qué pequeño es el mundo! jejeje Espero que hablase bien-
-Estupendamente- Sonrió Nerea.
-Venga Nerea- Ordenó Urpiano como si aún estuviese trabajando en su bar. -Agarra esos vasos de plástico de encima del carrito y brindemos a mi salud, que quiero recuperarla pronto. ¡Probad un poco de jamoncito! rrgggg-
Urpiano siempre había sido generoso pero ahora que se sentía renacer, pensando que podría haber perdido la vida.
Nerea miraba y miraba a Picio. Nerea no lo había visto en el Urpiano. Debía de ser un cliente de la tarde. ¿Y de qué le sonaba tanto? "¡Ahh, claaro! Este fue el guaperas con el que nos chocamos Gemma y yo en el Blue Bar." ¿Qué clase de personaje frecuentaría bares tan distintos? Nerea volvía a sentir ese estremecimiento paranoico en el cuerpo. Desde que Alex había instalado cámaras en toda la casa le ocurría cada vez más. Últimamente creía que la estaban vigilando. Lo peor de todo es que era completamente cierto.

Por supuesto, quedan pendientes las intervenciones en el asunto de Laura Victoria, Picio, Ona, Alex / Xela, Al, Augusto, Kivu y el imprescindible gato MAX con sus correspondientes vidas anteriores, entre tantos otros, pero habrá que tener paciencia para conocer su correspondiente implicación.