lunes, 23 de abril de 2007

La duda

Sin duda Pitín se estaba volviendo loco. No es que no le pareciera bien cantar esa canción. El problema era que no era la que tenía en mente. Llevaba días dándole vueltas al asunto y había pensado cantar algo que reflejara su estado de ánimo. Unas semanas atrás habría cantado un tango o un bolero. "Uno" hubiera sido su primera opción, o tal vez "El día que me quieras" si estaba optimista. Luego pensó en cómo se sentía y le vino a la mente "El rey" aunque la letra no tenía mucho que ver con su vida, más bien con su euforia. La imagen de la mampara de su ducha empañada, con la huella de la mano de Ona cláramente marcada le hizo pensar en "Gimme, gimme" de ABBA, aunque no le veía la relación. Acabó por pensar que "Too much love will kill you", de Freddy Mercury, representaba muy bien su futuro inmediato si seguía a ese ritmo. Finalmente decidió cantar algo no tuviera nada que ver con él y eligió "I'm just a gigolo" que podía quedar divertida. Pero cuando Ona le preguntó, con Laura Victoria al teléfono, vio sus ojos, sus labios, su cuello, su pelo... "Light my fire"

Había dicho el título de la canción de The Doors o su cuerpo había vuelto a liarlo para acabar en... Daba igual. Ona ya había colgado y, entusiasmada con la canción, estaba encendiendo el fuego de Picio con maestría. Durante las dos horas siguientes Pitín no pensó en la música ni en nada que no fuera Ona. Su cuerpo y sus deseos. La picardía en sus ojos que pedían más en cada no puedo más.

Cuando ella se marchó a trabajar tras la segunda ducha (esta vez echó el pestillo del baño para que no pudiera seguirla) Pitín se quedó recostado en la cama mientras saboreba el último sorbo del vino. Repasando las aventuras de los últimos días.

Tras el atentado en el Urpiano los miembros del club se habían vuelto más desconfiados. Las claves utilizadas eran más complejas y le costaba seguir el hilo de las conversaciones. Aún así había entendido algunas palabras sueltas que le permitían ir definiendo la situación. Era evidente que había una conspiración en marcha y el Club quería detenerla. Se trataba de un problema de seguridad nacional relacionado con un virus. Pensó que trataban de evitar una epidemia o, peor aún, un ataque biológico. Sin embargo no podía entender mucho más y, de repente, el chat dejó de funcionar y no volvió a poder entrar. Entonces fue cuando sonó el móvil.

Al revisarlo se dio cuenta de algo extraño. Aquel no era el mismo móvil que se había encontrado en los lababos. Lo supo al ver que en la agenda no aparecía aquel extraño SISA sino... ¡ONA! Sería casualidad...

Como en el otro móvil, el número que aparecía era demasiado largo para ser de un teléfono. Casi por instinto (jamás lo había tenido) se dirigió al ordenador. En la pantalla se mostraba la página de acceso al club con los campos para introducir la contraseña. La suya ya no funcionaba ni había manera de solicitar el ingreso. Introdujo ONA como nombre y el extraño número como contraseña. No podía ser tan fácil pero... Increíblemente estaba dentro.

¿Significaba eso que Ona estaba implicada en el Club? Pero de ser así, ¿por qué lo habría ocultado cuando él le había contado todas sus investigaciones? Debía investigar algo más.

El chat estaba vacío. Aparecía un único usuario al que llamaba The King. Pero había algo que no estaban antes: un botón con la palabra "archivo". Allí encontró un histórico de las conversaciones en el chat desde hacía varios años, perfectamente ordenadas por fechas. Pese a que aún no dominaba todos los códigos pudo entender algo sobre una extraña organización que realizaba experimentos peligrosos. La máxima preocupación la centraba una tecnología para el control mental y un virus que podía llevar a... ¿la inmortalidad? Aquello parecía ciencia ficción. Lo peor de todo es que, más o menos en la época en que Picio apareció en escena, todo se había desmadrado. Habían empezado a detectar y eliminar a sus infiltrados hasta el punto que uno de los miembros del club, el mismísimo SISA, había huído con alguna prueba.., para desaparecer poco después. En paralelo, habían desaparecido algunos de los miembros del equipo que investigaba la otra tecnología y todo apuntaba a que ambos descubrimientos podían caer en malas manos. Un tal Hades parecía ser quien manejaba todo el cotarro y, lo más preocupante, es que pese a no haber podido localizarlo, todo hacía indicar que estaba cerca y que mientras buscaba la tecnología se dedicaba a eliminar a los miembros del club. Se decía que su principal obsesión, además de controlar los descubrimientos, era acabar con quienes habían refinanciado el Club, poniendo en peligro sus fechorías. Luego las comunicaciones habían acabado repentinamente.

Picio empezó a atar cabos. Había infiltrados en el club y él se había estado paseando por allí, con el consentimiento de sus miembros, pero sin formar parte. Probablemente lo consideraban sospechoso. Además el tal Hades buscaba al filántropo que financiaba el Club. Urpiano tenía mucho dinero (ahora se daba cuenta de que la historia que contaba sobre cómo se hizo rico era bastante rara...) y habían estado apunto de matarlo. Además... No quería pensar en ello pero hacía un rato que Ona le había hablado de otro millonario... ¡y le había insinuado que debían asesinarlo! Ona. Que no le había dicho nada cuando su nombre aparecía como miembro del Club... Podía ser una casualidad... Pero tanta casualidad resultaba sospechosa. ¿Y si Ona era la infiltrada? Y si se había acercado a él para utilizarlo? Y los sueños que compartían... ¿Podría ser un efecto de la tecnología de control mental? Aquella idea le hacía sentirse muy mal. Aunque tal vez era que no estaba acostumbrado a pensar.

Ona era lo mejor que le había pasado nunca. Era tan inteligente, tan encantadora... Ella era mucho más de lo que un idiota como él podía esperar de la vida. Aquello era razón más que suficiente para sospechar. Pero también para vender su alma si era necesario. Ya nada le importaba. Si Ona era la infiltrada, incluso si era Hades, Pitín estaba enamorado. Lucharía por hacerla feliz y si eso implicaba matar al millonario ese, lo haría. Prefería morir sirviendo a la mujer que amaba que seguir siendo el imbécil que había sido toda la vida. Aunque aquellos sentimientos fueran fruto de una tecnología extraña, eran más de lo que la vida le había dado antes. Sí. Seguiría investigando, averiguaría de qué lado estaba Ona y, aunque deseaba con todas sus fuerzas que todo aquello fuera un cúmulo de casualidades, si finalmente resultaba que su amor era el mismísimo diablo bajaría a los infiernos para entregarle su alma.

15 comentarios:

dalr dijo...

Disculpad que el post sea tan largo. Es que se me ha ocurrido algo para poner fin a la historia y necesitaba espacio.

Por cierto. Que nadie olvide que Picio es idiota, un idiota con suerte, pero idiota al fin y al cabo. Así que puede que alguna de sus deducciones sea estúpida... pero también que de chiripa haya dado con algo importante. Para seguir este hilo voy a necesitar como mínimo a Ona, por supuesto, y también a Nerea, Urpiano y puede que Gema, Asís y el Capi. Si no me decís lo contrario puede que los "utilice" un poquito los próximos días.

Por cierto. Ya sé que Augusto ha muerto, pero Picio es idiota y él aún no lo sabe. Y era importante que no lo supiera para armarse todo ese cacao mental. Pues nada. Que estoy emperrao en acabar con la historia lo antes posible, como veis :D

Anónimo dijo...

Hola soy yo querido coleguita Darl. Por ti me cargo al Capi cuando quieras... o mejor lo envio a otra parte. b. Blackjoker

dalr dijo...

Hombre, no tenía pensado ser tan drástico... aunque ahora que se ha abierto la veda podemos hacer un final digno de la matanza de texas. Cuando nos veamos te cuento mis ideas a ver qué te parecen. Bueno... Lo que se pueda contar para no estropear ninguna sorpresa. Y hablando de sorpresas... he anunciado una. :D

Irene dijo...

Hola dalr,a mi personaje también puedes matarlo si hace falta. Podríamos convertir esto en algo tipo "todos mueren menos el idiota" el cual podría conseguir la inmortalidad. Lo que tú quieras, dejo mi personaje a tu disposición.
Saludos

Norma dijo...

Use me, baby!!!!

Norma dijo...

Me encanta la idea de que los sueños de Ona y Picio puedan ser producto de manipulación genética, o vírica, o lo que sea eso que hacen. Liga muy bien los dos hilos, el romántico y el científico.

Qué entrada tan adecuada para Sant Jordi, qué románticos los sentimientos de Picio, por dios!! (Suspiro).

Besos!

Tropi·Onda dijo...

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dalr dijo...

Más? Eres insaciable ;-) Me hace mucha ilusión que cuanto más tonto intento que sea Picio más romántico te parece... Tal vez aún hay sitio para mí en este mundo :P

Amigos de Iones, veo que habéis estado pasando por todos los blogs en los que participo. Yo más bien os diría lo contrario... Si queréis ideas originales, poneos en contacto con nosotros y a lo mejor os podemos pasar alguna bien de precio.

Norma dijo...

JAJAJAJAJA, pensé exactamente lo mismo!!!!!!! Estuve a punto de responderles!!

XDDDDDDDDDD

kutxi dijo...

Bueno, Augusto aparentemente ha muerto. Pero se le ha identificado gracias a un pasaporte ya que el cuerpo estaba irreconocible. Lo más seguro es que sea Augusto pero nunca se sabe...

zendal dijo...

Asis a tu entera disposición, Darl. ;D

pikko dijo...

EXELENTE BLOG . TUS HISTORIAS ME ENTRETIENEN MUXO.
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Norma dijo...

The Trooper no se ha leído na, de na, de ná... ni el título!!!

Los soldados estigios pueden ir practicando con él!!!!!!

dalr dijo...

Sí. Acabemos con los spammers... y con los que lo ponen todo en mayúsculas.

Anónimo dijo...

Bien, usa a Gema como quieras, ejem, pero con decoro.
Yo creo que ha vuelto del viaje, pero como no da señales de vida, igual se ha perdido por el camino.