domingo, 22 de abril de 2007

La vida es una tómbola, tom, tom, tómbola

Jamás había visto nada igual. Llevaba ya unos cuantos años trabajando como Mosso D'Esquadra y durante aquel tiempo había podido ver unos cuantos fiambres, pero como éste... como éste ninguno. Al menos la identificación había sido relativamente fácil gracias a que el cadáver llevaba un pasaporte, aunque algo chamuscado, en uno de los bolsillos del chándal. Augusto von Tischden era el nombre del difunto.

Para empezar el lugar en el que debía estar la cabeza lo ocupaba un extraño amasijo que, a primera vista, parecía estar compuesto por una masa de lo que antes fuera una cabeza humana mezclada con lo que parecía ser una bola informe de cristal. Era sólo una suposición, claro, lo primero que se le ocurrió. Hasta que no se realizara la autopsia no se podría averigüar qué era exactamente aquello.

Pero eso no era todo. Eso era lo más extravagante, pero no lo único raro de aquel cadáver. Se encontraba en medio de un descampado y el amasijo cabecil era, precisamente, el centro de un agujero de alrededor de un metro de hondo y con una circunferencia de unos cuatro metros. Agujero que, como el cuerpo, estaba renegrido y chamuscado. Agujero que nunca había estado allí, Enric conocía bien el descampado, era refugio habitual de indigentes, drogadictos, etc.



Jamás había visto nada igual. De pronto algo llamó la atención de Enric. Dentro de aquel amasijo de cristal y carne había algo, algo... ¡escrito! '¿Alguien tiene una lupa o algo así?' 'Sargento mire a ver si esta le vale'. '¿De dónde has sacado esto?' 'Es de mi chico, de jugete... perdone'. 'No te preocupes, quizás sea suficiente'. Acercó la lupa y trató de leer. 'Stolichnaya... ¿qué leches es Stolichnaya?' 'Sargento, Stolichnaya cómo... ¿cómo el vodka?'


(...)

Varios meses antes el sargento Enric Pí estaba en su mesa librándose de papeleo que había acumulado mientras a unos 400 kilómetros sobre su cabeza Augusto von Tischden aprovechaba que Boris y Vladimir dormían la mona para expulsar al vacío parte de las reservas de alcohol de los dos rusos. La ecuación consistía en: menos alcohol para los rusos, menos tormento para él. Mientras depositaba en el conducto de evacuación la botella de vodka Stolichnaya Augusto no podía hacerse a la idea de las vueltas que puede llegar a dar la vida y, sobre todo, de las vueltas que puede llegar a dar una botella de vodka en órbita.



Nota del kutxi: ya soy un asesino. :-D

3 comentarios:

Norma dijo...

Si es lo que tiene escupir contra el viento... o tirar botellas de vodka contra el viento sideral,

jejejeje,

Tengo un amigo asesino. Qué cosas!!!!

Buena semana!!!!!

Irene dijo...

wOW!!! El asesinato de un personaje.
Bueno, no pasa nada mientras sea virtual xDDDDDDDDD
Un abrazo

dalr dijo...

Bueno... pero entonces es más bien suicidio. O accidente laboral (está tipificado en el estatuto del astronauta). Lástima. Ahora que Picio se estaba pensando si pasarse al lado oscuro... Descanse en Paz, Augusto Vonloquesea...