sábado, 2 de junio de 2007

Adiós

"Querido ciberdiario:

No recuerdo casi nada de mi vida pasada. Me debí pegar un fuerte golpe en la cabeza contra algo pero ni siquiera recuerdo cómo ni cuando sucedió.

He decidido borrar mi ciberdiario y empezar desde cero, porque no me reconozco en ninguno de mis posts. Por no acordarme, ni recuerdo a ese Albert, el vecino de arriba, ni lo que sentía por él, por más que he leído mi ciberdiario. Ona me dijo que le parecía raro, que no recordaba que me hubiera golpeado con nada, que me cuidara y me abrazó fuerte cuando nos despedimos.
Un abrazo que siempre me recordará a que dejo una buena amiga en Barcelona. Puede que sea ese recuerdo el que un día me haga volver.

Me contó que hubo un barullo en el bar y que se fue con Picio a besarse entre una multitud de gente que se besaba. Cuando me cuentan cosas, todo me parece irreal. Picio es tan guapo que parece irreal y cuando ella me cuenta que les unió un sueño...en fin.

Me siento diferente y cuando miro a la gente, a Urpiano, A Laura Victoria, Gema, mis compañeros de trabajo, a Alex, también tengo una sensación de extrañeza que no consigo comprender, como si hubiera una pieza suelta en cada uno de ellos, algo que tendría que saber que no sé.
He ido al psicólogo y me ha dicho que lo que me pasa es que he estado en situación de estrés. Me recomienda unas vacaciones. Ya he hablado con Laura Victoria y me las da. Eso es una jefa como Dios manda. Ojalá encuentre una igual allá a donde voy.

De Urpiano no sé nada y su bar sigue cerrado.

La primera noche de mi vida la recuerdo cantando en el Blue Bar, un lugar que me era familiar, con Alex, una canción que también tenía memorizada en algún rincón de mi cerebro. Al principio recordé que Alex y yo vivimos en el mismo piso y que habíamos salido esa noche a pasarlo bien en un karaoke.
Después encontré una nota suya en el bolsillo de atrás de mi pantalón. Era una declaración de amor. ¿Cuándo me la dio? ¿Ya había yo respondido o aún tenía que hacerlo? Empecé a beber y beber. Él me miraba, como esperando una señal. Estuve apunto de darle un beso de tornillo pero me contuve. En vez de eso le di un fuerte abrazo y le dije:

-Sólo sé que quiero ir a Argentina, a redescubrir a mi familia, de la cual no recuerdo nada. Me voy. Deséame suerte-
-¿Cuándo volverás?-
-No lo sé. Necesito encontrar mi paz interior, redescubrir quien soy y lo que quiero hacer con mi vida-
-Nerea, te estaré esperando-

Son duras las despedidas. Ese abrazo es el segundo que un día puede hacerme volver a mi ciudad natal. El me quiere de verdad, me he dado cuenta en el instante que he mirado sus ojos por última vez.

Ahora estoy en el aeropuerto, en la zona de embarque, con el wifi a toda pastilla y el portátil y las maletas rojas, a las que no quito ojo. Atrás dejo mis botas y zapatos de tacón, mis ropitas sexys de la noche, mis compacts. Sólo llevo lo imprescindible. Estaré madurando, supongo. Me siento bien, sonrío.
Uy, en el banco de enfrente un chico me mira y me devuelve la sonrisa. Me suena tanto...¿Será un viejo amigo? Si pudiera acordarme..."

Asís mira a Nerea y sonríe. Parece que el destino les reserva asientos contiguos en el avión. Es evidente que no le recuerda porque ella sigue enfrascada en su portátil.

3 comentarios:

dalr dijo...

Je, je... Cuantos finales. Y todos más o menos cruzados. A ver si retomo el de Picio que ya no sé ni por donde iba...

Norma dijo...

Uix.... se va con Asis...que bonito!!!!! :)

Irene dijo...

Bueno dalr, muchos pero más o menos todos encajan ¿no? Cruzados, como dices tú...aún lo hemos solucionado bastante bien :-)

Claro norma, quien sabe si un día se recuperará de su amnesia cuando le vea jugar con kikos y puede que él le pase ese virus que no sé que es pero que promete bastante. ¿La juventud eterna? ¿la inmortalidad? ¿el virus del amor? juajua. Bueno, siempre va bien un final abierto.